
El Papa Francisco con monseñor Jesús Sanz Montes en 2021
Monseñor Jesús Sanz: «El Papa ha dejado cuestiones abiertas y será su sucesor el que tenga que cerrarlas»
El arzobispo de Oviedo apunta que «sería injusto decir que el Papa Francisco ha cambiado el magisterio de la Iglesia» y apunta que «ha dejado una impronta muy francisquista en el nombramiento de los nuevos obispos y cardenales»
El arzobispo de Oviedo, el franciscano monseñor Jesús Sanz Montes, repasa en esta entrevista con El Debate los textos y los gestos más importantes que ha legado el Papa Francisco, y señala cómo «no ha cambiado el magisterio precedente» aunque «ha dejado abiertas cuestiones que tendrá que cerrar el próximo Papa».
— Aunque no sea sencillo resumir doce años de papado, ¿cómo valora los doce años de pontificado de Francisco?
— Tenemos que recordar que el Papa Francisco viene después de dos grandes pontificados. El papado largo y misionero de Juan Pablo II, que dejó un legado de magisterio impresionante, y el más breve pero tremendamente luminoso de Benedicto XVI, lleno de esa sabiduría y belleza a la que nos malacostumbró. Venir a continuación no era fácil. Y, por tanto, hay que tener en cuenta que, cuando fue elegido Sucesor de Pedro, el padre Jorge Mario Bergoglio, argentino y jesuita, venía con todo el bagaje de su personalidad, de su origen, de su vivencia y de su formación, que le determinó en tantos momentos y en tantas ocasiones. Por eso, estos doce años han dado ocasión para muchos gestos y textos, y es importante recordar que no todos tienen el mismo valor.
— ¿Y con cuáles de todos ellos se queda?
— De los textos, me ceñiría a sus cuatro encíclicas, que son los documentos magisteriales más relevantes. La primera, Lumen fidei, escrita a cuatro manos con Benedicto XVI. La segunda, Laudato Si’, que hacía referencia al canto de las criaturas de san Francisco, y en la que mostró su preocupación, no tanto por la ecología, que además en ese terreno podría ser algo más discutible, sino por la casa común que Dios ha puesto en nuestras manos y bajo nuestra responsabilidad. La tercera fue Fratelli tutti, también con sabor franciscano, en la que nos recordaba que todos somos hermanos porque todos tenemos un Padre común. Y en un mundo insolidario y enfrentado, recordar que somos hermanos fue una profecía del Papa Francisco. Con la cuarta, Dilexit nos, mucho más intimista, nos ha querido aportar, en una clave más jesuítica, la devoción al Sagrado Corazón, recordándonos el inmenso amor que Dios nos tiene, y como su Corazón es un lugar seguro donde podemos encontrar el impulso para nuestra vida.
En un mundo insolidario y enfrentado, recordar que somos hermanos fue una profecía del Papa Francisco
— ¿Y en cuanto a los gestos?
— Yo destacaría cuatro, también. El primero, que me emocionó mucho, fue cuando viajó a Lampedusa y se encontró con aquellos inmigrantes que venían huyendo de sus hambrunas, guerras y dictaduras. El Papa, conmovido, dijo en italiano vergogna, ante los restos de cayucos y barcazas. Aquello me conmovió profundamente. Un segundo gesto fue cuando, en plena pandemia, subió en solitario los estrados de la plaza de san Pedro, él solo, bajo la lluvia. Como en un abrazo de padre, quiso estar cerca de una humanidad llena de miedo. El tercero, el día de la Inmaculada, cuando rompió a llorar y se quedó en silencio, interrumpiendo su oración a la Virgen. Porque él iba a ofrecerle la paz en Ucrania y, al encontrarse impotente y con las manos vacías ante esa tragedia, él las llenó de sus lágrimas. Por último, el gesto de querer estar cerca del santo pueblo de Dios en estos días, incluso desobedeciendo a los médicos que le recomendaron dos meses de confinamiento. Él ha arriesgado su vida, porque prefería morir junto a su pueblo, que vivir recluido.
— Junto a estos momentos luminosos, el pontificado también ha dejado abiertas cuestiones: bendiciones a las parejas homosexuales, comunión de los divorciados vueltos a casar, diaconado femenino, la forma de entender la sinodalidad…
— En efecto. Y junto a todo eso que señalas, es necesario reconocer el legado que nos deja en el perfil de los nombramientos de nuevos obispos y cardenales. Un perfil que, es justo señalar, era legítimo, pero sin duda también muy francisquista. Todas esas cuestiones que mencionas, son cuestiones que el Papa ha dejado abiertas y, por tanto, no son vinculantes. Y tendrá que ser el siguiente Pontífice quien vea la pertinencia de cerrarlas, de seguir en esa dirección, o de enriquecerlas con alguna modificación. No obstante, tenemos que distinguir el comentario a bote pronto que el Papa podía hacer en un avión, y que después tenía que ser matizado por él o por sus colaboradores, y otra cosa es su alto magisterio. Y ahí no hay ninguna concesión a algo que no sea católico.
Tenemos que distinguir el comentario a bote pronto que el Papa podía hacer en un avión, y que después tenía que ser matizado por él o por sus colaboradores, y su alto magisterio
— Así que el Papa Francisco no ha cambiado el Magisterio de la Iglesia…
— Sería completamente injusto decir que el Papa no ha sido fiel al Magisterio precedente, aunque se haya conducido siempre con su matiz y con su estilo propios, y con sus variantes. Pero respecto del sacerdocio de la mujer, de lo que significa la vida en todos sus tramos –desde la vida del no nacido, el enfermo terminal y toda la vida que está en el medio, con especial preocupación por las familias y los descartados–; respecto a la claridad frente a ideologías como la LGTBI, respecto a la paz y la guerra, no ha cambiado nada del Magisterio. En temas de índole económica o de la gran política internacional, donde se mostraba que era hijo de su tierra, de su cultura y de su trayectoria personal, y en la que nunca ha ocultado que tenía opiniones, tenemos que reconocer que esas opiniones no afectaban al magisterio del Santo Padre.
— Como sucesor de los apóstoles, ante la muerte del Sucesor de Pedro, ¿qué ha sentido al conocer la noticia?
Estaba en la capilla del oratorio de mi casa cuando he tenido la noticia. Y no por conocida la posibilidad de la muerte del Papa, uno deja de conmoverse. Sobre todo cuando se trata de alguien querido y cercano. Todos hemos visto cómo había sufrido un deterioro imparable, y aunque ha hecho un esfuerzo ímprobo para estar cerca de la gente, conforme al ministerio que Dios le encomendó, su cuerpo no ha podido aguantar más. Yo llevaba varios días rezando por él, para que Dios le diera fortaleza para enfrentar su situación de una manera cercana, y sabiduría para entender qué es lo que Dios le estaba queriendo decir en su dolor.
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