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TRIBUNAÁngel Barahona

¿Existe África?

No se puede hablar de genocidio, ni de terrorismo. Son términos tabú, porque lo que allí pasa no tiene posibilidad de convertirse en coartada para políticos de izquierdas que desprecian al cristianismo como reducto trasnochado de la derecha

Ahora que parece que Gaza deja de estar en el centro del interés de los políticos y periodistas del mundo, va a resultar que África también existe. Pero no, no puede existir, porque si existe habrá que convertir en noticia la persecución sistemática de los cristianos. Y eso sabemos que no interesa a los medios que se publicite. No, no existe África. No se puede hablar de genocidio, ni de terrorismo. Son términos tabú, porque lo que allí pasa no tiene posibilidad de convertirse en coartada para políticos de izquierdas que desprecian al cristianismo como reducto trasnochado de la derecha.

El último crimen masivo contra cristianos en África ocurrió en Nigeria, donde más de 7.000 cristianos fueron asesinados por grupos yihadistas en los primeros siete meses de 2025, según un informe de la organización International Society for Civil Liberties and Rule of Law (Intersociety). Los detalles clave del informe hablan por sí solos: del 1 de enero al 10 de agosto de 2025 fueron asesinados 7.087 cristianos y 7.800 secuestrados. Un promedio sobrecogedor de 30 cristianos asesinados por día. La variedad de grupos yihadistas, incluyendo pastores fulani y la Alianza para la Yihad en Nigeria, es innumerable. Las zonas más afectadas son el estado de Benue: 1.100 muertes (280 en Yelewata en junio). El estado de Plateau: 806 muertes. El sur de Kaduna: 620 muertes; la región Igbo (sureste): 615 muertes; en el suroeste: 610 muertes. En el estado de Níger: 605 muertes. En la República Democrática del Congo, a principios de septiembre de 2025, 64 cristianos fueron asesinados en la aldea de Ntoyo durante una vigilia nocturna por militantes islamistas de las Fuerzas Democráticas Aliadas (FDA), vinculadas al Estado Islámico, como informó la agencia Zenit.

Estos ataques reflejan una escalada sistemática de violencia religiosa en África Occidental y Central, donde los cristianos son blanco mayoritario y más frecuente de persecución, secuestros y masacres. Hasta Amnistía internacional reconoce que se trata de una catástrofe humanitaria incalculable. No cita nunca que se trate de cristianos en su mayoría, pero es lo que hay. Entre los choques entre ganaderos y agricultores y otras decenas de motivos para desplazar poblaciones enteras que huyen (los que pueden) de las masacres indiscriminadas, las mayoritarias son indudablemente cristianas.

En las últimas décadas, especialmente en los últimos años, la persecución criminal ha sido escandalosa: da lo mismo que sean coptos, que melquitas, cristianos sirios, caldeos iraquíes, armenios, sudaneses o nigerianos de cualquier iglesia cristiana, mayoritariamente de signo católico… Con miles de muertes documentadas siguen sin ser noticia.

En el año 2024, el informe de la organización Puertas Abiertas, (Open Doors) presentó cifras similares: 4.476 cristianos fueron asesinados por su fe en todo el mundo, y la mayoría de estas muertes ocurrieron como decimos en Nigeria y la República Democrática del Congo (RDC).

En Nigeria, en donde han ocurrido el 69% de los asesinatos, equivale a aproximadamente 3.100 cristianos asesinados en ese país en un solo año.

En la República Democrática del Congo, en 2024, se registraron 355 asesinatos de cristianos, un aumento respecto a los 261 en 2023.

Desde 2022 hasta 2024, se estima que al menos 10.000 cristianos fueron asesinados solo en Nigeria.

Desde 2015, se han reportado al menos 145 sacerdotes católicos secuestrados en África, y se estima que más de 850 cristianos permanecen en cautiverio solo en el estado de Kaduna, en Nigeria.

Las zonas más afectadas son Nigeria, considerado el país más peligroso para los cristianos, con ataques frecuentes de grupos como Boko Haram y pastores fulani. También la República Democrática del Congo: especialmente en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, donde grupos como las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) han perpetrado verdaderas masacres. Sudán y Chad han visto un aumento significativo en la violencia contra cristianos en los últimos años.

La violencia incluye asesinatos, secuestros, desplazamientos forzados, destrucción de iglesias y propiedades. La situación se ha agravado por la multiplicación de grupos extremistas y la inestabilidad política en muchas regiones del África Subsahariana.

La persecución religiosa en África ha provocado enormes desplazamientos forzados de poblaciones en las últimas décadas. En el África Subsahariana, 16,2 millones de cristianos fueron forzados a desplazarse de sus hogares hasta finales de 2022, muchos de ellos debido a persecución violenta por su fe. Sea por grupos yihadistas (como Boko Haram, ISWAP, Al-Qaeda, Al-Shabaab) o por conflictos armados y ataques a comunidades cristianas que implican destrucción de aldeas, iglesias y escuelas.

El mapa es sobrecogedor: en Burkina Faso se constatan más de 2 millones de desplazados internos, el 10% de su población. En Sudán, cerca de 8 millones de desplazados, casi todos por ser cristianos. En la República Democrática del Congo, más de 7 millones de desplazados internos, por la misma razón: ser cristianos que se resisten a convertirse al Islam. En la Región del Sahel (Níger, Mali, Burkina Faso) las cifras son incomprobables, pero, las que nos llegan, no dejan de ser alarmantes aun tirando para abajo.

Las causas principales son inequívocas: expansión del extremismo islámico: Grupos armados de radicales islamistas y mercenarios han atacado sistemáticamente a comunidades cristianas. La falta de protección estatal por parte de muchos gobiernos que no logran proteger a las minorías religiosas y la indiferencia internacional, tanto por desinterés mediático, o económico, como por sesgos ideológicos de la prensa masónica, o de izquierdas, que domina los medios en todo occidente.

Pero esto no es relevante, porque África no existe y las flotillas son de los que huyen en pateras del sur al Norte. Los cristianos tampoco, porque en su mayoría son de los que no emigran. Y de lo que no existe, para qué hablar.

Ángel Barahona es el decano de la facultad de Humanidades en la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid)

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