Monseñor James Horan, impulsor del proyecto, durante la inauguración del aeropuerto
«Si el Papa viene de nuevo, tendremos aeropuerto»: la curiosa historia detrás del aeródromo irlandés de Knock
Recibe casi un millón de viajeros al año, da empleo a más de 200 personas y ha revitalizado la economía de todo el este de la isla, con decenas de miles de peregrinos que acuden al santuario cercano
Este año se celebra el 40º aniversario del funcionamiento del aeropuerto Ireland West en Knock, desde que partieron los tres vuelos inaugurales con destino a Roma en 1985. El aeropuerto debe su existencia a la visión, la ambición y el impulso de monseñor James Horan, párroco del Santuario de Knock.
En 1979, San Juan Pablo II viajó al santuario de Knock, visita que describió como «la meta de mi viaje a Irlanda», para conmemorar su centenario. Para James Horan, párroco de Knock, la alegría de recibir al Pontífice era inmensa.
Santuario de Knock, Irlanda
«Te diré una cosa: si el Papa viene de nuevo, tendremos aeropuerto y podrá volar», le dijo el sacerdote a Tom Neary, un voluntario del santuario. A pesar de la relevancia y la devoción que inspira la historia de Knock, lo cierto es que, por esos años, no había un aeropuerto cercano.
«No lo tomé demasiado en serio cuando dijo eso; ese era el tipo de pensamiento que tenía ese hombre», confesó Neary a Aciprensa.
El sueño se hace realidad
El sueño se hizo realidad 39 años después: un Papa volvía a Knock. En esta ocasión fue el Papa Francisco, quien visitó el santuario en 2018 con motivo del Encuentro Mundial de las Familias.
El Papa Francisco durante su viaje apostólico en el santuario
Francisco sentía una devoción especial por San José, quien también se apareció junto con la Virgen en Knock. El 26 de agosto aterrizó en el aeropuerto de Knock. Durante su visita, oró en el lugar y rezó el Ángelus junto con los fieles, además de ofrecer oraciones por las víctimas de abusos.
Según el testimonio del voluntario, al párroco le fascinaban los aeropuertos. «Si estaba en el aeropuerto de Dublín, subía las escaleras para observar bien los aviones que llegaban y despegaban», añadió.
Monseñor James Horan y el antiguo piloto de la Flota Aérea Jim Ryan fueron los principales impulsores de la iniciativa. Tras el éxito de la visita papal y el enorme aumento de la conciencia pública sobre el lugar, el sacerdote se propuso hacer realidad este proyecto en la remota región. Su visión era construir un aeropuerto que pudiera llevar a Knock a las multitudes de peregrinos que se esperaban y, al hacerlo, ayudar a aliviar la grave privación económica que era endémica en esta parte del país.
Habiendo sido testigo del crecimiento de la ciudad francesa de Lourdes y de su cercana puerta de entrada aérea, el religioso —que era un entusiasta de la aviación— estaba convencido de que se podría hacer lo mismo con su Irlanda natal.
«Siempre miraba hacia el futuro. Era una especie de visionario y nunca era feliz a menos que estuviera haciendo algo para ayudar a la gente. Amaba especialmente a la gente del campo porque él era uno de ellos», detalló. Durante la década de los 80, Irlanda aún se encontraba rezagada económicamente respecto a otros países y vivía en condiciones de pobreza. La población sufría las altas tasas de desempleo, la emigración y los salarios bajos.
«No querían el proyecto en absoluto»
A pesar de la situación económica y de las dudas de los medios y políticos irlandeses, el sacerdote siguió adelante con sus planes. Consiguió diez millones de libras irlandesas —unos 13 millones de dólares—; sin embargo, hubo un déficit de 4 millones de libras. En esos momentos, el país enfrentaba un cambio de gobierno tras unas elecciones generales. Para cubrir este déficit, el padre Horan organizó un concurso: una lotería a gran escala que promocionó recorriendo varios países, como Australia y Estados Unidos.
«Para el concurso gigante, tuvimos que optar a premios muy grandes y, curiosamente, nadie nos negó un premio», explicó Neary.
Cuando el proyecto había gastado diez millones de libras, las obras se paralizaron y las autoridades no querían reanudarlas. «De hecho, las paralizaron en dos ocasiones. Fue una decisión desesperada, y aunque todo cumplía con la normativa, simplemente no querían el proyecto en absoluto», contó. Las complicaciones dificultaban que el sueño viese la luz.
El concurso para financiar el plan despertó el interés de muchísima gente por los grandes premios que se ofrecían a cambio: desde automóviles, dinero, casas y ganado, hasta terrenos para viviendas o combustible para calefacción.
«Funcionó, completó la pista y una terminal, el primer edificio que se construyó allí, y de no ser por ese concurso gigante, el aeropuerto nunca habría existido porque estaba muerto y enterrado, según el gobierno», dijo Neary.
Una estatua al párroco en su honor
Tristemente, el sacerdote falleció poco después de la inauguración del aeropuerto. Actualmente, el aeródromo cuenta con una gran estatua en su honor.
El sacerdote James Horan en el aeropuerto
«Cuando el aeropuerto celebraba su 25º aniversario, no se mencionaba mucho a monseñor Horan y sentí que se había perdido entre esa generación; poca gente conocía su contribución. Sentí que había que hacer algo para conmemorar su labor y recordar a quienes visitaban el aeropuerto la fuerza impulsora que lo hizo posible», contó un feligrés de Knock, Noel Jennings, quien curiosamente, ahora trabaja en otro aeropuerto de Irlanda.
Junto con otras personas que conocieron a Horan, Noel se propuso recaudar los 70.000 euros necesarios para erigir una estatua en homenaje al religioso. A pesar de la difícil situación económica, la idea salió adelante y fue un éxito.
Un aeropuerto para los peregrinos
Más de 950.000 pasajeros han utilizado el aeropuerto en 2025, más de 100.000 que el año anterior. «Ahora cuenta con el apoyo total del gobierno, recibe subvenciones de la UE para aeropuertos regionales y le va de maravilla», contó Neary.
Las instalaciones dan empleo a más de 200 personas, con un impacto positivo en las empresas locales y en la comunidad. Para los irlandeses, es clave para viajar por el país; no obstante, su utilidad destaca especialmente como medio de transporte para llevar fieles al santuario, que cada año recibe 1,5 millones de peregrinos deseosos de visitar el lugar de las apariciones.
Fieles en una peregrinación mariana al santuario
La historia del padre Horan no solo es un ejemplo de fe y esfuerzo por llevar a los creyentes al santuario mariano; su obra también ha tenido consecuencias económicas, generando empleo e inversión extranjera en la zona, lo que a su vez refuerza la visibilidad de la devoción a la Virgen en Knock.