San Nicolás de Bari, el origen del actual Papá Noel
Antes de los renos y regalos, existió un santo: Nicolás de Bari, el origen de Papá Noel que se ha olvidado
Este personaje, olvidado por la sociedad del siglo XXI, es la razón por la que, la mañana del 25 de diciembre, los niños reciben regalos bajo el nombre de un tal Santa Claus
Antes de ese popular y afable hombre grande, vestido de rojo y con barba blanca, conocido por todos como Papá Noel, las familias recordaban más la figura de san Nicolás de Bari, obispo del siglo IV en quien se inspiró la tradición y cuya festividad celebramos cada 6 de diciembre.
Aunque es cierto que se cuentan con escasos datos exactos sobre la vida del religioso, esto aumenta aún más el misterio. Se sabe que nació en el Imperio Romano, y algunos sostienen que estuvo presente durante el Primer Concilio de Nicea.
Provenía de una familia adinerada y llegó a ser nombrado obispo. Para el momento de su muerte, su fama de generosidad le había hecho ganar la devoción del pueblo.
Tras la muerte de Nicolás, el emperador Teodosio ordenó construir una iglesia en el lugar de su sede episcopal para venerar sus reliquias. Sin embargo, los restos del religioso cambiaron de lugar varias veces, ya que los devotos los trasladaban de ciudad en ciudad. De hecho, la ubicación del cuerpo del santo sigue siendo un tema controvertido en la actualidad.
Generosidad en secreto
Cuenta la historia que san Nicolás de Bari rescató a tres jóvenes de una familia que estaba al borde de la ruina. La falta de dinero del padre impedía que pudieran concertar matrimonio. La familia no tenía medios para sobrevivir, y el destino de las mujeres parecía encaminarlas hacia la prostitución.
Al enterarse de ello y sin que nadie lo viera, el obispo arrojó por una ventana de la casa una bolsa con monedas de oro. Se dice que el padre la encontró y pudo casar a la hija mayor al disponer de una dote. Poco después, Nicolás de Bari repitió el gesto, y la segunda hija también pudo casarse.
Cuando estaba a punto de realizar el tercer y último acto de generosidad con la menor de las hijas, fue descubierto por el padre, quien no pudo más que arrodillarse ante el obispo para agradecer su gesto. San Nicolás pidió al hombre que no contara a nadie el origen de los tres regalos, pero hoy esta historia es la más conocida del santo.
El renombre de Papá Noél
Aunque pueda pensarse que la tradición procede únicamente de las bolsas de oro, lo cierto es que también se atribuyen a san Nicolás numerosas intercesiones milagrosas relacionadas con la protección de niños. Entre los relatos más conocidos, se cuenta que en vida devolvió a la vida a tres niños que habían muerto tras caer de un árbol.
Incluso durante la Segunda Guerra Mundial se registró otra intercesión: una madre perdió de vista a su hijo durante un bombardeo en la ciudad de Bari, pero horas después el pequeño apareció sano y salvo en la puerta de su casa, asegurando que un tal san Nicolás lo había protegido y acompañado de regreso.
Para muchos el verdadero sentido de la Navidad se ha perdido por el consumismo y los regalos materiales
Con el paso del tiempo, el recuerdo de san Nicolás de Bari —por sus dones, generosidad, caridad y su especial cariño por los niños— fue transformándose. El Papá Noel que conocemos hoy nació de reinterpretaciones de antiguas tradiciones europeas tras su llegada a Estados Unidos. Allí, poco a poco, la figura del santo cristiano evolucionó hasta convertirse en el anciano vestido de rojo y blanco que viaja en un trineo repartiendo regalos.
Algunos consideran que Santa Claus es el resultado de haber apartado a Dios de la Navidad, haciendo que esta época pierda su principal esencia. Para otros, se trata simplemente de un reclamo comercial que fomenta el consumo. No obstante, más allá de interpretaciones modernas, nadie puede borrar que su origen se encuentra en la figura de un santo.