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29 de marzo de 2024

Cardenal Osoro: «La Fundación Caná es el fruto del amor del Señor entre los hermanos»

Cardenal Osoro: «La Fundación Caná es el fruto del amor del Señor entre los hermanos»Thorun Piñeiro

Cardenal Osoro: «La Fundación Caná es el fruto del amor del Señor entre los hermanos»

La Fundación Caná de Pozuelo de Alarcón acoge a personas con deficiencias cerebrales «como fruto vivo de una comunidad en la que la fe se ha convertido en obras»

La Parroquia de Santa María de Caná, en pleno corazón de Pozuelo de Alarcón, ha sido el escenario de la inauguración de la Fundación Caná para chicos y chicas con discapacidad cerebral, después de veinte años de acompañamiento a estos muchachos en los salones parroquiales y seis años del nacimiento de la fundación; obra que ha sido, en palabras del párroco Jesús Higueras, «fruto del amor entre los hermanos».
La Fundación Caná es una asociación de padres creada para responder a las necesidades de sus hijos con discapacidad que echó a andar en el año 2000 con el nombre de ADIPO. Ligada a la Parroquia de Santa María de Caná desde el principio, en 2016 se constituyó como fundación con reconocimiento canónico. Actualmente, cuenta con más de 200 familias asociadas.
Fundación Caná

Parroquia Santa María de CanáThorun Piñeiro

Antes de unas breves palabras del arzobispo de Madrid Carlos Osoro, Jesús Higueras ha agradecido «la realidad de la Fundación, el proceso por el que ha nacido esta bella obra enteramente dedicada al cuidado de los hermanos más necesitados». Por eso, ha recordado el sueño del Papa Francisco de una Iglesia «como un hospital de campaña, un espacio donde ofrecer a las personas donde ser valorados, tal y como son». De ahí que Higueras haya señalado que «frente a la cultura del tener, la comunidad ha enseñado que la felicidad del compartir es algo más bonito, más que triunfar ganando dinero».

Obra nacida de la fe

Parroquia Santa María de Caná por dentro

Parroquia Santa María de Caná.Thorun Piñeiro

Por su parte, el cardenal Osoro ha querido señalar la importancia que para toda la Iglesia local tiene esta obra nacida de la fe y de la entrega de sus fieles. «Lo importante, –a juicio del arzobispo de Madrid–«es ver su sonrisa, y eso nos hace felices. Por eso, hemos donado estos terrenos. La obra nace de este amor a personas con necesidades especiales en este mundo confuso de guerras, que nos obliga a darnos mucho más a los demás, dando gracias por el amor de Dios, que se ha manifestado en una obra concreta. Un amor concreto para una obra concreta».
Por eso, Osoro «se ha mostrado especialmente agradecido a la comunidad parroquial, ya que el evangelio se ha de mostrar en obras para personas que nos necesitan».

20 años de experiencia

Especialmente reveladora es la declaración de Reyes Hernández, responsable de la Fundación, cuya vida en la parroquia, junto a otros voluntarios, se remonta a la friolera de 20 años, «atendiendo a chicos con discapacidad intelectual. Después de muchísimo esfuerzo y muchos años para conseguir, gracias a donativos de personas y, en concreto, de dos personas que han dado parte de una herencia, se han construido unas instalaciones en condiciones para poder estar con los chicos».

Obra agradecida

La Fundación, como dice Reyes Hernández, tiene «un montón de proyectos con niños con parálisis cerebral, y con otros que tienen movilidad, pero tienen bastantes necesidades, y que necesitan programas adaptados, para los que cuentan con cerca de 200 voluntarios entre adultos y jóvenes». Reyes cuenta que «salen todos los sábados con los chicos con profesionales, con voluntarios de la parroquia, de la universidad y de muchísima gente que nos conoce para hacer una labor muy grande de acompañamiento».
El nuevo edificio construido para la fundación

El nuevo edificio construido para la fundaciónThorun Piñeiro

Además, «hay campamentos, fines de semana enteros para que los padres descansen». Pero «todo esto, –recuerda– lo estábamos haciendo en cinco salas aquí abajo durante todo ese tiempo, y por etapas».
Reyes Hernández no ha querido terminar sin agradecer «al Ayuntamiento de Pozuelo y a sus autoridades toda la ayuda recibida. Y, cómo no, al Arzobispado de Madrid que se ha responsabilizado desde el primer momento de esta obra, que ha nacido del amor entre los hermanos».
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