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29 de marzo de 2024

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El cardenal guineano Robert Sarah es un prolífico autor de libros espirituales, publicados en España por la editorial Palabra-GTRES

El eclipse de Dios de Robert Sarah y su Catecismo de la vida espiritual

Para Robert Sarah la vida de fe es un viaje de vuelta a casa; un nuevo Éxodo interior en el que no estamos solos, ya que Dios quiere recorrerlo junto a nosotros

Para que Dios vuelva al lugar que le corresponde en el centro de la vida de la Iglesia y del cristiano, el cardenal Robert Sarah propone un nuevo libro como camino y apuesta por la vuelta a los orígenes, al evangelio y los siete sacramentos.
«Creo que el eclipse de Dios en nuestras sociedades posmodernas, la crisis de los valores humanos y morales fundamentales y sus repercusiones incluso en la Iglesia –en la que se constata la confusión en torno a la verdad divinamente revelada–, la pérdida del auténtico sentido de la liturgia y el desdibujamiento de la identidad sacerdotal exigen con urgencia que los fieles cuenten con un »catecismo de la vida espiritual« en forma de itinerario jalonado por los sacramentos de la Nueva Alianza».

El pecado hace que el hombre se excluya a sí mismo de su propio corazónRobert Sarah

El libro se propone como un resumen de la fe cristiana, pero es más bien un camino de vida interior que señala las principales vías para entrar con éxito en la vida espiritual.
Robert Sarah nació en Guinea en 1945. Sacerdote desde 1969, en 1979 fue nombrado Arzobispo de Conakri, con 34 años de edad. En 2001 san Juan Pablo II lo llamó a la Curia romana, Benedicto XVI lo creó Cardenal en 2010, y en 2014 Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos, donde ha estado hasta junio de 2020. El 8 de mayo de 2021, el Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación de las Iglesias Orientales.

Ese viaje hacia el desierto interior es una vuelta a casaRobert Sarah

La vuelta a casa

Catecismo de la vida espiritual (Palabra) quiere ser un acompañamiento para todos aquellos que se han decidido a responder al amor divino de una manera plena:
«En lo más hondo de cada uno de nosotros existe un deseo más o menos consciente de escapar de ese torbellino incesante de experiencias vacías y decepcionantes en el que vivimos. El desierto es la naturaleza virgen tal y como Dios la ha creado, capaz de manifestar a Aquel que la hizo», señala Sarah.
Para el cardenal guineano, «ese viaje hacia el desierto interior es una vuelta a casa. El pecado hace que el hombre se excluya a sí mismo de su propio corazón, –donde estaba y donde nos esperaba el mismo Dios– para proyectarse hacia el exterior, dispersarse y perderse fuera de él».
Según Sarah, «Dios nos espera en esa interioridad que hemos dejado abandonada, como el poseído del que Jesús expulsa a numerosos demonios llamados Legión». Por desgracia, «la casa de nuestro corazón sufre un grave deterioro».
Sarah recuerda 1 Corintios para señalar que «el templo de Dios es santo», que «ese templo sois vosotros». Por eso, en el viaje de vuelta a Dios, «para aligerar la nave de nuestra vida la voz de Dios nos invita a arrojar al mar la carga de nuestros pecados» y dificulta nuestra marcha hacia la santidad: nuestro orgullo, nuestra suficiencia, una vida deshonesta y corrompida, nuestra tibieza e indiferencia hacia las cosas de Dios".
Un viaje de vuelta para Robert Sarah; un nuevo Éxodo interior en el que no estamos solos, ya que Dios quiere recorrerlo «con nosotros para conducirnos al monte de nuestra transfiguración en auténticos hijos e hijas de Dios en el Hijo, nuestro Señor Jesucristo».
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