Rezo del rosario.
El Rosario también sana: un estudio internacional revela sus beneficios emocionales y espirituales
Una investigación pionera llevada a cabo en Italia, Polonia y España demuestra que el rezo de esta oración mejora el bienestar psicológico, la empatía y la capacidad para afrontar momentos difíciles
En un mundo que busca alivio inmediato al estrés, el Rosario sigue ofreciendo una vía serena y profunda hacia la paz interior. Lejos de modas pasajeras —como el yoga, el conocido mindfulness o diversas formas de meditación—, esta oración mariana ha acompañado durante siglos a quienes buscan consuelo y fortaleza. También se aleja del cliché que la relega a personas mayores o sin formación: el Rosario demuestra hoy un impacto real en distintos perfiles sociales y generacionales.
Así lo confirma una investigación internacional publicada en el Journal of Religion and Health–y cuyos resultados recoge un artículo de CNA (Agencia Católica de Noticias)–que analizó a 361 participantes de tres países con fuerte tradición católica: Italia, Polonia y España. El estudio reveló que el rezo del Rosario se asocia no solo con un mayor bienestar personal, sino también con niveles más altos de empatía y una menor incidencia de conflictos religiosos.
Además, los datos arrojaron un hallazgo revelador: más del 60 % de los encuestados tenía estudios de posgrado, desafiando así la idea de que las devociones tradicionales solo atraen a personas con bajo nivel educativo. «Nos impresionó cómo esta práctica trasciende las fronteras educativas y generacionales», afirmó el padre Lluís Oviedo, investigador principal y profesor en la Universidad Pontificia Antonianum de Roma, en declaraciones a CNA.
¿En qué país se reza más el rosario?
Uno de los primeros datos que llama la atención en la investigación es la diferencia en la frecuencia con la que se reza el Rosario en los tres países analizados. Polonia encabeza la lista con una puntuación de 3,70 –por encima de Italia (3,38) y España (3,35)– dejando ver que la devoción mariana sigue viva y profundamente enraizada en su tejido social. No sorprende en un país donde la fe católica ha resistido incluso los embates de la represión comunista y sigue siendo un pilar identitario.
Italia, por su parte, ofrece un perfil más matizado. A pesar de ser la sede del Vaticano, los italianos mostraron una práctica más moderada del Rosario. Sin embargo, destacan por otro dato revelador: obtuvieron la puntuación más alta en empatía. El estudio sugiere que esta oración no solo alimenta la espiritualidad personal, sino que también fortalece el vínculo con los demás.
España presentó una menor frecuencia de rezo, pero entre quienes lo practican regularmente se observaron buenos niveles de bienestar personal. El hallazgo refleja una práctica más selectiva del Rosario en un país de creciente secularización, aunque con efectos positivos similares a los detectados en los otros países.
El Rosario reduce síntomas depresivos
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es el impacto positivo que tiene el rezo del Rosario en la salud mental de quienes lo practican. Los participantes señalaron que esta oración les aporta «paz espiritual, calma y confianza» (26,3 %), facilita afrontar los problemas (10,2 %) y ofrece una sensación de «protección contra el mal» (8,6 %).
Testimonios personales refuerzan esta percepción; por ejemplo, una participante relató que el Rosario le dio la fuerza necesaria para superar la pérdida de su marido, describiendo la práctica como fundamental para sobrellevar su dolor. Además, el estudio encontró que el rezo del Rosario se asocia con una reducción significativa de síntomas depresivos y un aumento del optimismo respecto al futuro.
El poder del Avemaría
La investigación revela un sesgo claro en el ámbito académico y cultural: mientras que prácticas como el mindfulness reciben una atención masiva, el Rosario se percibe como «pasado de moda, anticuado, aburrido y poco interesante». El estudio enfatiza que muchas veces esta percepción se basa más en modas pasajeras que en resultados objetivos.
Por ello, el análisis sugiere que la religiosidad —y en particular la práctica del Rosario— mejora el bienestar personal a través de dos vías clave: fomenta una mayor empatía hacia los demás y ayuda a reducir conflictos interiores relacionados con la fe, como dudas, culpas o tensiones espirituales. La repetición característica del Avemaría, genera un estado meditativo que ayuda a calmar la ansiedad y regula las emociones. Contrariamente a los estereotipos que asocian estas prácticas con aislamiento social, el estudio notó que un mayor rezo del Rosario se relaciona con una mayor conexión y empatía hacia los demás.
El padre Oviedo destacó para CNA que «existe una división dentro de la Iglesia católica, y también dentro de otras iglesias, entre quienes oran y adoptan una postura devocional, y quienes interpretan su fe cristiana en términos de conciencia social y compromiso». «Es hora–señaló– de superar este modelo binario y adoptar un estilo que combine devoción y empatía hacia los demás. Un divorcio entre ambos hace que el mensaje cristiano y la salvación que ofrecemos en Cristo sean menos creíbles y efectivos».
El estudio no busca promover la conversión ni presentar el Rosario como una fórmula mágica, sino subrayar que existen múltiples caminos para afrontar el sufrimiento y encontrar sentido. En un momento donde con frecuencia se impone una visión única del bienestar, los investigadores invitan a reconocer el valor de las prácticas espirituales tradicionales, como parte de una búsqueda humana más amplia y profunda. Como advierte uno de sus autores: «Contamos con una paleta más amplia de expresiones espirituales o religiosas con efectos positivos similares, y así podemos evitar algunos monopolios casi espirituales y expresiones unilaterales en las intervenciones habituales de asesoramiento y cuidado».