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Monseñor Georg Gänswein sobre el nuevo pontificado: «Es necesario superar la confusión de estos años»

Para Gänswein, León XIV podría ser la síntesis perfecta: «Si combinamos los zapatos negros de Bergoglio con la claridad doctrinal de Ratzinger, sin buscar a toda costa la originalidad, creo que León XIV ofrecerá una bella combinación»

Las primeras reacciones al nuevo Papa, León XIV, siguen llegando desde distintos rincones del mundo eclesial. Una de las más destacadas ha sido la de monseñor Georg Gänswein, ex Prefecto de la Casa Pontificia y una de las figuras más cercanas a Benedicto XVI. En declaraciones recogidas por Il Corriere della Sera, Gaenswein expresó su sorpresa y esperanza tras la elección del cardenal Robert Prevost como nuevo Pontífice.

«Un camino intermedio entre el Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco», reflexiona Gänswein. Y añade: «Si combinamos los zapatos negros de Bergoglio con la cristalina claridad doctrinal de Ratzinger, sin buscar a toda costa la originalidad, creo que León XIV ofrecerá una bella combinación. Sí, podría representar la síntesis de lo mejor de ambos».

Actualmente nuncio apostólico en Estonia, Letonia y Lituania, Gänswein reconoce que no tiene un conocimiento profundo del nuevo Papa, aunque sí rememora breves encuentros previos con él durante el pontificado de Benedicto. Lo que sí dejó claro es la impresión que le causó la primera aparición pública de León XIV: «Cuando lo vi salir al balcón de la basílica de San Pedro me dije: óptica y acústicamente, este Papa inspira esperanza».

«Ha empezado bien»

También subrayó un gesto que, a su juicio, dice mucho del estilo que está por venir: la lectura de un texto escrito en el saludo inicial. «Cuando vi que tenía un texto escrito en la mano, me dije: ha empezado bien», comentó.

Gänswein ve en el nuevo Pontificado la posibilidad de recuperar la estabilidad institucional de la Iglesia, tras una etapa que describe como confusa. «Hoy en día, la Iglesia vive grandes tensiones, y fuera, conflictos alarmantes. Creo que ahora se necesita claridad doctrinal. Es necesario superar la confusión de estos años», declaró al diario italiano.

Es por ello por lo que explicó que, para lograrlo, las instituciones de la Iglesia pueden ser un apoyo: «No son una lepra ni una amenaza para el Papa. Están ahí para ayudar a los pontífices, quienes deben buscar ayuda. No se puede gobernar solo, desconfiando de las propias instituciones».

Monseñor Gänswein fue apartado de su cargo en 2020, en una decisión que nunca fue explicada públicamente con claridad, más allá de un escueto comunicado que hablaba de una «redistribución ordinaria de funciones». Desde entonces, había mantenido un perfil discreto. En sus declaraciones al Corriere della Sera, asegura: «Aclaré las cosas con Francisco incluso antes de mi nombramiento como nuncio», y expresa su gratitud por el actual destino en los países bálticos, que interpreta como una forma de reintegración en el servicio activo de la Iglesia.

«No habrá continuidad»

Respecto al nuevo Papa, se muestra convencido de su potencial: «El Papa Prevost me da una gran esperanza. Estoy convencido de que tendrá un impacto positivo dentro de la Iglesia y en el mundo. Es un pacificador». Destaca también la elección del nombre pontificio como una señal de ruptura con las etapas anteriores y de una vocación de liderazgo fuerte y estable: «La elección del nombre, en la tradición de san León Magno y León III, quien coronó a Carlomagno en el año 800, es muy indicativa. El nombre y la vestimenta dejaron claro que no habrá continuidad, sino una etapa totalmente nueva».

Además, subraya que «su experiencia, su dominio de varios idiomas, su condición de misionero y su trabajo en la Curia durante dos años» lo convierten en un Papa que es a la vez «pastor y Papa de gobierno»: «No proviene de un solo entorno, sino de muchos factores en conjunto. Y esto le permitirá hablar a todos»

Reconoció también que la elección de un estadounidense lo tomó por sorpresa. «Sinceramente, me inclinaba a excluir firmemente la elección de otro latinoamericano. Pero incluso un norteamericano me parecía improbable», admite. Aun así, se muestra confiado en el discernimiento del Colegio Cardenalicio y sugiere que detrás de la elección hubo una confluencia inteligente de consensos.

Por último, se refirió al posible regreso del Papa a vivir en el Palacio Apostólico, tras los años de Francisco en la residencia de Santa Marta. «Creo que León XIV irá seguramente a vivir al Palacio Apostólico. Ese palacio está destinado a ser residencia de los Papas. Es su función histórica». Y concluye con una imagen elocuente: «Solo puedo observar que me complace pensar que por la noche, en el Palacio Apostólico, el Papa encenderá la luz y la gente sabrá que está allí».

Las palabras de Gänswein parecen reflejar el deseo de inicio de una nueva etapa en la Iglesia, que busque estabilidad sin renunciar al impulso reformador. El tiempo dirá si León XIV logra encarnar ese equilibrio. Por ahora, los primeros signos apuntan en esa dirección.

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