¿Por qué el Papa ha elegido Turquía como primer destino apostólico?

La noticia no sorprendió del todo, pero sí confirmó lo que en Roma se venía intuyendo desde hace meses: el Papa León XIV ha elegido Turquía como el punto de partida de su pontificado 'misionero'. No es casualidad que su primer viaje fuera de Italia coincida con el 1700º aniversario del Concilio de Nicea, el lugar donde se promulgó la oración del Credo, la confesión de fe que sigue uniendo a los cristianos del mundo.

El Vaticano confirmó este martes 7 de octubre que el Pontífice viajará a Turquía del 27 al 30 de noviembre y, posteriormente, al Líbano, del 30 de noviembre al 2 de diciembre. Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, explicó que el viaje responde a una doble invitación —civil y eclesiástica—, y que los detalles de este se darán más adelante.

Nicea, la actual İznik, no es un destino cualquiera donde se conmemora un evento menor. León XIV lo definió como «una brújula que debe seguir guiándonos hacia la plena unidad visible de todos los cristianos». En junio, durante el simposio 'Nicea y la Iglesia del tercer milenio: hacia la unidad católico-ortodoxa', el Papa subrayó que el espíritu de aquel concilio «no pertenece al pasado» y que, por ello, se convierte en una hoja de ruta para la comunión; una comunión y una unidad que han sido una prioridad para él desde que fue escogido sucesor de Pedro.

El viaje a Turquía tiene también un eco que resuena desde la tumba de su predecesor. En mayo, tras su encuentro con el Patriarca Ecuménico Bartolomé, el Papa León retomó un deseo largamente expresado por Francisco. «Me aseguró que le gustaría ir a Turquía para el aniversario de Nicea», contó el propio Bartolomé, recordando que el Papa argentino había soñado con esa visita incluso cuando su salud ya no se lo permitía. «He visto con gran satisfacción que podemos continuar en el mismo camino de nuestras iglesias para todo el cristianismo, por la paz en el mundo», añadió el Patriarca.

Pero el itinerario del nuevo Pontífice no se detendrá en Turquía. La segunda etapa, en el Líbano, añade una dimensión pastoral a la ruta. León XIV manifestará con su presencia su cercanía al pueblo libanés y a las comunidades cristianas de Oriente Medio, en una región herida por tensiones políticas y religiosas.

No es difícil ver aquí un eco del corazón de Francisco, quien en agosto de 2024 había afirmado que «el Líbano es, y debe seguir siendo, un proyecto de paz» y que su vocación es «ser una tierra donde convivan comunidades diversas anteponiendo el bien común a las ventajas particulares».