Doctor Pablo González Urdiel

Doctor Pablo González Uriel

Dr. Pablo González: «La resonancia y la electromiografía ayudan en el manejo de la lumbociatalgia»

El especialista en Neurofisiología Clínica recibe este sábado en el congreso Nacional de la Sociedad del Dolor el diploma a la mejor publicación de 2021

El Dr. Pablo González Uriel, especialista en Neurofisiología Clínica, ha centrado su actividad profesional en dos vertientes. Por un lado, el electrodiagnóstico en patología neuromuscular, y por otro, la medicina del sueño. Fruto de la primera, han surgido sus trabajos de investigación y doctorado. Uno de ellos, Hallazgos morfológicos en pacientes con lumbociatalgia, ha sido premiado como el mejor artículo de la revista Multidisciplinary Pain Journal, medio de expresión de SEMDOR, la Sociedad Española de Multidisciplinar del dolor. En este artículo original, el doctor González Uriel, a través de un estudio retrospectivo, ha analizado los hallazgos de la resonancia magnética (RM) en pacientes con lumbociatalgia, y los ha correlacionado con los hallazgos de la electromiografía (EMG).
– ¿Qué es la lumbalgia? y ¿Qué tipos de lumbalgia hay?
La lumbalgia es el dolor en la región lumbar. Existes varias formas de clasificarlas. Por su temporalidad puede ser aguda, subaguda o crónica. Otra de ellas es en mecánica (alrededor del 90%), que se origina en las estructuras vertebrales y paravertebrales, y la no mecánica, que no cede con el reposo. Luego existe la lumbalgia con compromiso radicular, lo que comúnmente se denomina ciática, que comprende la lumbociatalgia.
–¿Qué diferencia hay entre espondilosis y hernia de disco?
Esta pregunta es interesante. Por espondilosis o espondiloartrosis se entienden los cambios degenerativos no inflamatorios que aparecen en las vértebras y estructuras anatómicas adyacentes en la columna vertebral, secundarios a la degeneración discal. Estos cambios pueden aparecer en cualquier segmento vertebral y están considerados los trastornos degenerativos progresivos más comunes en la columna vertebral lumbosacra. De manera sintética, podemos decir que la espondilosis comienza con la degeneración de los discos intervertebrales asociada a la edad, por la pérdida de agua y otras sustancias en su interior, asociado al envejecimiento.
Por otra parte, está la hernia discal, la cual se caracteriza por un desplazamiento focal de material discal, por fuera de los límites del espacio discal, el cual está delimitado por los bordes de las caras articulares superior e inferior de los cuerpos vertebrales en cada segmento vertebral. En adultos, puede aparecer a cualquier edad, incluso a los 20 años, pero es más frecuente entre la 4ª y la 5ª década de la vida. Tiene una clínica aguda de dolor localizado e intenso, que difiere del dolor por espondilosis, el cual es más insidioso.
–¿Cuáles son los síntomas de una radiculopatía o nervio pinzado?
Entre dos vértebras, a cada lado, sale un nervio o raíz espinal. Cuando se comprime por hernias discales o por elementos de artrosis, produce las famosas radiculopatías. La clínica de estas presenta dolor neuropático en el territorio de la raíz, síntomas sensitivos (disestesias, parestesias, hipo o anestesia), debilidad muscular y alteración de los reflejos tendinosos profundos, solos o en combinación. Su distribución anatómica va a depender de la raíz afectada. La presentación suele ser unilateral. En el caso de la región lumbar, repasando las tres más frecuentes, la radiculopatía L5 es con diferencia la más común. Presenta, de forma general, un déficit sensitivo en la cara lateral externa del muslo y pierna, y un déficit motor para la flexión dorsal del tobillo, lo que es ponerse sobre los talones. La radiculopatía L4 presenta dolor y parestesias en la cara anterior e interna del muslo, que pueden descender hasta el dedo gordo del pie, y debilidad para la extensión de la rodilla. Por su parte, en la radiculopatía S1 el dolor y las parestesias descienden por la nalga, la cara posterior del muslo, hasta el talón de Aquiles y al quinto dedo del pie; y debilidad para la flexión plantar del tobillo, por ejemplo, ponerse de puntillas.
– Ante una lumbalgia, ¿qué podemos hacer?
Pues siguiendo con el espíritu de la propia SEMDOR, tanto como potencial paciente como profesional sanitario, esperar un abordaje multidisciplinar. Si se trata de un episodio agudo de lumbalgia autolimitado, aplicar hielo en las primeras horas y posteriormente, calor; reposo y antiinflamatorios orales. Ante episodios recidivantes, o ya lumbociatalgias crónicas, tiene que valorarse, desde atención primaria, la derivación a unidades del dolor o unidades de columna, para su correcto manejo.
– ¿Qué conclusiones ha sacado de su estudio?
Pues que, en pacientes con este tipo de dolor, existe poca correlación entre lo que se objetiva en ambas pruebas diagnósticas. Por un lado, en la RM existe acúmulo de elementos de artrosis que aumenta con la edad. Por otro lado, con la electromiografía, que es el método más sensible y específico para estudiar lesiones del nervio, podemos identificar bien cuál es el dañado, pero ese nervio tiene un recorrido largo dentro de la columna vertebral, hasta que sale entre las dos vértebras, por lo que asociar el daño nervioso a una lesión concreta es complejo. En resumidas cuentas, que ambas pruebas son complementarias.
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