
Vista de la plaza de la Puerta del Sol de Madrid completamente vacía, horas antes de las tradicionales campanadas de Nochevieja
Coronavirus
Segundas Navidades en pandemia: ¿te acuerdas de cómo fueron las del año pasado?
Del pinchazo inicial de la vacuna para Araceli Hidalgo, primera persona en vacunarse en España, a la ómicron y las nuevas restricciones
La Navidad del año 2020 estuvo marcada por el impacto de la tercera ola y el comienzo de la campaña de vacunación.
Con el pinchazo de la vacuna para Araceli Hidalgo, usuaria de la residencia Los Olmos de Guadalajara, España se sumergía de lleno en una campaña que venía con la esperanza, ese sentimiento tan navideño, de que la inoculación conseguiría doblegar al virus y nos permitiría regresar a una normalidad. Seguramente, en las previsiones más pesimistas no entraban volver a vivir una celebración navideña tan inquietante desde el impacto de la sexta ola y la llegada de la variante ómicron
La Navidad de 2020: diez meses de pandemia
Tras casi 10 meses de pandemia en España, las Navidades del año pasado se celebraban marcadas por un acontecimiento superior: las primeras dosis de la vacuna contra la covid-19, desarrollada por los laboratorios Pfizer y BioNTech, empezaron por fin a llegar la población de más riesgo: los ancianos que viven en residencias y sus cuidadores.
Al comenzar a vacunar, un acontecimiento acaecido el 27 de diciembre de 2020, se daba la circunstancia que las vacunas llegaban con cuentagotas y la pandemia no daba tregua. Como es lógico suponer, los acontecimientos navideños, con sus reuniones sociales, provocaron que los contagios repuntasen de nuevo.En aquel momento, la incidencia acumulada en España superaba el umbral de lo que entonces significaba uno de los indicadores de riesgo extremo estipulado por Sanidad: 250 casos por 100.000 habitantes en 14 días. Hoy día, según los últimos datos, hemos pasado de 600.
Esa situación provocaba una serie de restricciones que marcaron por fuerza las primeras navidades bajo la pandemia. Las comunidades autónomas vivían en una especie de cierre perimetral, con excepciones y particularidades. Muchos españoles no pudieron acudir a sus lugares de origen a celebrar la Nochebuena o Nochevieja.
Madrid, por ejemplo, para evitar un empeoramiento de la pandemia, decidió cerrar la comunidad entre el 23 de diciembre y el 6 de enero, aunque sí se podía entrar y salir para reunirse con familiares o allegados, algo que no se permitía ya en otras regiones.
Todos los gobiernos autonómicos decretaron reuniones sociales contenidas –de 10 participantes o menos, según el territorio– y un toque de queda poco después de la madrugada, lo que limitó mucho las celebraciones.
El director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan, decía que con las vacunas el problema no acababa y de que podría haber hasta medio año más de pandemia con altas cifras de contagios y muertes. Se quedó corto.
La sexta ola y ómicron nos amargan la de 2021
La vacunación trajo, a lo largo del año 2021, los que posiblemente han sido los meses más tranquilos de la pandemia. Las restricciones se relajaron, la gente recuperó una gran parte de la normalidad perdida y el avance fue tal que hasta se celebraron eventos culturales, musicales y deportivos multitudinarios. Algo que se había perdido en 2020.
Sin embargo, las noticias que empezaban a llegar a finales de 2021 por una nueva variante del coronavirus, si bien preocupaban, no hacían esperar que nos llevaran a la situación actual, donde solo se habla de una tercera dosis, así como otras medidas, para hacerle frente.
Ómicron confirmaba su presencia en Europa a finales del mes pasado y desde entonces se ha extendido a la velocidad de la luz.
España llegaba a Navidad con el triple de contagios de hace un año. Si bien la nueva variante es menos mortal, su extensión asombraba a propios y extraños. La sexta ola se desataba y ya arrojaba cifras de contagios que, como decimos, triplican a las del año pasado en estas mismas fechas. Al terminarse el puente de la Constitución, la incidencia no ha hecho más que subir a un ritmo impresionante.

Operarios de limpieza trabajan en la Puerta del Sol de Madrid tras la llegada del año nuevo en Madrid
El fin de año 2020
2020 terminó como había sido: de manera extraña. Fue una Nochevieja de calles vacías. Con las discotecas cerradas y el toque de queda se impidió trasnochar en la última noche del año.
Uno de los rituales clásicos que se perdieron fue la celebración de la popular San Silvestre, tanto en la capital como en otras ciudades, si bien la Vallecana es la más importante. Solo se disputó la prueba profesional en las amplias avenidas colindantes a la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano y estuvo acotada a la élite. Este año regresa la popular.
La Puerta del Sol de Madrid simbolizó como pocas veces lo que sucedía. Tradicionalmente centro de reunión para tomarse las uvas y brindar por el nuevo año, en esa ocasión el vacío, solo roto por el dispositivo montado por el cantante Nacho Cano para su espectáculo, reinó en el ambiente.
Antes de las 22:00 ya no se podía acceder. La policía terminó el desalojo mientras que Cano y su equipo comenzaban los ensayos de su concierto. Algunos recordamos que lloviznaba y hacía un frío tremendo.