«Es un contrato que demuestra la fortaleza de la innovación y de la industria farmacéutica de nuestro país, y también la colaboración público-privada que hemos desarrollado con esta industria catalana y española, que ha dado sus frutos», aseguraba Sánchez después de conocerse la noticia.
Esta vacuna está todavía bajo evaluación por parte de la Agencia Europea del Medicamento, así que los países que hayan comprado las dosis tendrán que esperar a que reciba la autorización para poder adquirir las vacunas.
Se trata de una vacuna bivalente de proteína recombinante que ha obtenido
muy buenos resultados en los estudios,
especialmente contra las subvariantes de ómicron BA.4 y BA.5, causantes de la última ola. Los ensayos clínicos han demostrado
una protección más duradera y efectiva en comparación con las vacunas de Pfizer y Moderna, y no se han detectado efectos adversos relevantes.
Hipra obtuvo el 27 de agosto el visto bueno e incluso llevó
a la ministra Diana Morant a asegurar que podría ser comercializada «a comienzos de 2022». Pero esa comercialización nunca llegó y la farmacéutica barcelonesa tuvo que esperar al 29 de marzo de este año para que la EMA comenzara su revisión continua, paso previo a la obtención de la autorización de comercialización.
En declaraciones a El Debate, el pasado mes de mayo,
la propia compañía aseguraba que esa aprobación se preveía «a finales de mayo o principios de junio». En julio, la directora de I+D de la compañía explicaba que el retraso se debía a que la EMA había exigido requerimientos distintos, pero «la vacuna será una realidad
y podrá formar parte de los planes de vacunación en otoño». A comienzos de agosto, todavía estamos esperando la autorización.