Las comunidades con más casos de soledad no deseada, según un estudio

La soledad no deseada sigue siendo un fenómeno extendido en España y afecta con distinta intensidad según el territorio. Así lo refleja el Mapa de la Soledad no Deseada en España, elaborado por la Fundación Social Padre Ángel y Mensajeros de la Paz a partir del análisis de más de 7,2 millones de llamadas recibidas por el servicio Teléfono Dorado a lo largo de 30 años.

El estudio señala que una parte significativa de los casos se concentra en grandes núcleos de población y en regiones con fuertes cambios demográficos. En este contexto, la Comunidad de Madrid reúne el 21,5 % de los casos registrados, seguida de Andalucía con el 19,7 % y el País Vasco con el 10,4 %.

Según la fundación, en Madrid influyen especialmente la vida acelerada, la alta movilidad y el anonimato propio de los entornos urbanos; en Andalucía confluyen el envejecimiento de amplias zonas rurales y ciudades donde muchas personas carecen de una red familiar cercana; mientras que en el País Vasco la soledad se vincula a la elevada esperanza de vida y a la progresiva pérdida de las redes comunitarias tradicionales.

Otras comunidades reflejan problemáticas relacionadas con la migración y la despoblación. Es el caso de la Comunidad Valenciana, que concentra el 10% de los casos y donde la soledad afecta tanto a personas mayores que viven solas como a quienes llegan de otras regiones y tardan en reconstruir sus vínculos. Galicia (3 %) y Castilla y León (4,8 %) muestran el impacto del vaciamiento rural, con miles de personas mayores residiendo en pequeños municipios marcados por la distancia, la falta de servicios y la marcha de los jóvenes.

En Cataluña (4,8 %) y Murcia (2,5 %), el patrón predominante es urbano: grandes ciudades donde el ritmo de vida, la movilidad constante y el individualismo dificultan la creación de relaciones estables. Muchas personas, tanto jóvenes como adultas en situación de tránsito laboral, aseguran sentirse rodeadas de gente, pero sin una verdadera comunidad.

En cuanto a los factores sociales, los datos del Teléfono Dorado revelan que el 64 % de quienes buscan acompañamiento viven solos. Más de la mitad se identifica como clase media (51 %), mientras que un 27 % pertenece a la clase baja. Respecto al nivel educativo, el 45 % tiene estudios secundarios, el 39 % formación primaria y solo el 7 % cuenta con estudios superiores.

La soledad no deseada también se relaciona con la salud física y emocional: cuatro de cada diez personas mencionan dolencias persistentes, el 23 % reconoce síntomas de depresión y un 11% ansiedad o angustia. Además, afecta con mayor intensidad a las mujeres, que representan el 55% de quienes solicitan apoyo emocional.

Por edades, el problema es especialmente acusado entre las personas mayores que viven solas: el 64 % de quienes llaman son mayores y un 30 % admite no recibir visitas durante semanas. No obstante, el estudio advierte de una «soledad silenciosa» entre la Generación X y los baby boomers (40 a 65 años), a menudo ligada a separaciones, inestabilidad laboral, el cuidado de padres mayores y la falta de tiempo para la vida social.

También se detecta un aumento de llamadas de jóvenes de la Generación Z y millennials. En 2024, el Teléfono Dorado ha registrado un crecimiento sostenido de contactos de menores de 35 años, especialmente tras rupturas sentimentales, mudanzas o pérdida de vínculos familiares. Muchos de ellos reconocen sentirse sobrepasados por la hiperconexión digital, pero sin una persona real con la que hablar.

Este informe se ha presentado en el marco de una iniciativa impulsada por la Fundación Social Padre Ángel para promover el 16 de diciembre como Día Internacional de la Soledad no Deseada.