
Isla italiana de Sicilia vista desde satélite
Un gigantesco acuífero fósil bajo Sicilia formado hace millones de años da esperanza frente a la escasez hídrica
Su existencia tiene implicaciones significativas para el potencial de recursos hídricos en el sur de la isla y otras regiones costeras del Mediterráneo
La cuenca del Mediterráneo concentra aproximadamente el 60 % de la población mundial que sufre escasez de agua. Unos 20 millones de personas en la región sobreviven con menos de 1.000 metros cúbicos de agua al año, una situación especialmente grave en los países del sur y del este, donde el acceso al agua potable es muy limitado.
A lo largo del tiempo, esta crisis hídrica se ha agravado, y la inestabilidad en las políticas de gestión del agua ha contribuido a aumentar la desconfianza tanto a nivel local como internacional, generando tensiones sociales e incluso conflictos en algunos casos.
El panorama es preocupante y las proyecciones climáticas para las próximas décadas no son alentadoras. La creciente variabilidad en los patrones de precipitación pone aún más presión sobre unos recursos hídricos ya escasos, afectando de manera crítica a sectores clave como la agricultura, el turismo y la industria. Las proyecciones anticipan que, para el año 2040, los países bañados por el Mediterráneo sufrirán estrés hídrico severo.
España, Grecia, Turquía, Marruecos, Argelia o Libia tienen probabilidades «extremadamente altas», por encima del 80 %, de sufrir esta situación. Otros como Italia o Portugal tienen un 40-80 % de probabilidades, siendo también este un riesgo «alto». Francia, por contra, pese a tener salida al Mediterráneo, estaría en un riesgo «medio» (20-39 %), al igual que otros países como el Reino Unido
Fuente alternativa de agua potable
Ante esto, cabe destacar cualquier hallazgo reciente que tenga que ver con los recursos hídricos. Y uno de ellos se encuentra bajo la isla italiana de Sicilia. Tal y como se publicó en la revista Communications Earth & Environment, en el sur de la isla se encuentra un acuífero con un volumen estimado de 17,3 kilómetros cúbicos, ubicado a profundidades que oscilan entre los 800 y 2.100 metros bajo la superficie.
Los investigadores, de las universidades de Bolonia, Roma III y Malta, atribuyen la formación de esta reserva hídrica al descenso del nivel del mar durante el Messiniense, que se estima alcanzó hasta 2.400 metros por debajo del nivel actual en el este del Mediterráneo. Durante ese período, que se prolongó casi 700.000 años, se produjo en el estrecho de Gibraltar un bloqueo que provocó importantes sequías en algunas partes del Mediterráneo. Estos vacíos, en consecuencia, fueron llenados con agua de lluvia.
Utilizando datos de perforaciones profundas y modelado hidrogeológico en 3D, el estudio revela que esta agua fósil se recargó mediante infiltración de aguas meteóricas impulsadas por la topografía durante ese periodo geológico. La existencia de este acuífero profundo tiene implicaciones significativas para el potencial de recursos hídricos en el sur de Sicilia y otras regiones costeras del Mediterráneo que comparten configuraciones geológicas similares y enfrentan problemas de escasez de agua.
En este contexto, los autores del estudio concluyen que esta amplia y bien conservada reserva de agua subterránea podría convertirse en una fuente alternativa de agua potable para regiones gravemente afectadas por la escasez hídrica, como Marruecos, Egipto, Túnez, Turquía o Líbano. Asimismo, destacan que actualmente se dispone de la tecnología necesaria para explorar y aprovechar recursos hídricos situados a profundidades similares.