Una primavera lluviosa y el abandono rural alimentan los incendios en España: «Es un cóctel explosivo»

Las miradas de todo el país continúan puestas en el incendio de Tarifa. El fuego, originado el martes por la tarde en el parque de La Peña, obligaba a desalojar a 1.500 personas como consecuencia del fuego. Asimismo, otros lugares como Navarra o Galicia han registrado varios de los incendios más preocupantes de los últimos días, continuando una tendencia que llevamos sufriendo desde que comenzara el verano –e incluso el año–.

Sin ir más lejos, entre el 1 de enero y el 29 de julio de este año los distintos incendios forestales han afectado a casi 36.000 hectáreas en España. Tal como reflejan los datos publicados por el Sistema de Información de Incendios Forestales de la Comisión Europea (EFFIS), solamente los fuegos registrados en España suponen el 12,2 % del total de hectáreas calcinadas en la Unión Europea.

Lo vivido este verano no sorprende a nadie. A pesar de que nos encontramos en una clara dinámica descendente desde 2022 –con un 4,9 % menos de incendios con respecto a 2024–, la realidad es que existen varios factores que explican el elevado volumen de hectáreas calcinadas. Uno de ellos habría sido, aunque pueda extrañar, el alto volumen de precipitaciones registrado en la pasada primavera.

«Hemos vivido una primavera muy lluviosa hasta el 2 de julio. Hemos tenido mucha bonanza climática. Esto ha hecho que la vegetación, también la arbustiva, haya tenido un crecimiento importante. Entonces, ahora han venido las olas de calor consecutivas y esto hace que el incendio en sus primeras etapas vaya muy rápido, alcance a la zona más arbustiva y empiece un proceso de generarse un incendio incontrolable», señala a El Debate Marta Corella, vicedecana del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural (COITF).

Recordemos que la primavera de 2025 fue la quinta más lluviosa desde 1961 y la tercera del siglo XXI, como consecuencia del gran volumen de lluvias que tuvo lugar en el mes de marzo. Tal como ha explicado la experta, esto hace que haya más facilidad para que se sucedan los distintos fuegos, aunque no es el único motivo. De hecho, Corella señala directamente al abandono rural y a la falta de gestión forestal como responsables.

«En un momento de cambio climático como el que estamos viviendo, de estrés hídrico tan intenso como el que se produce y de altas temperaturas, pues lo que hacen es generar un cóctel explosivo».

A esto hay que añadir el aumento de las distintas zonas de interfaz urbano-forestal. Estas superficies urbanas –las cuáles se mezclan con las zonas forestales–, han experimentado un aumento de incendios realmente llamativo. Para hacernos una idea, estas áreas han aumentado en nuestro país un 35 % desde el año 2000. Este crecimiento –unido a la falta de gestión– ha propiciado un caldo de cultivo idóneo para la proliferación de incendios.

«Ya entran en riesgo las vidas de las personas y las infraestructuras. ¿Qué sucede? Pues que obviamente las vidas de las personas y esas infraestructuras unidas a ellas, sus viviendas, están en un nivel de prioridad superior a la destrucción forestal. Esto hace que la complejidad aumente exponencialmente», destaca Corella.

Ante esta dramática situación, la experta detalla que no vale con quedarse de brazos cruzados, hay que actuar. «Es necesario restaurar un 1 % de todo este territorio forestal cada año», señala. De igual manera, los principales expertos en la materia dejan claro que la inversión pública destinada a solucionar este problema continúa siendo insuficiente a pesar de que nuestro país es el segundo más forestal de Europa –y el tercero con mayor número de incendios–.

Finalmente, la experta en incendios forestales señala a la educación como un pilar fundamental para evitar la proliferación de incendios.

«Es muy importante que la sociedad esté educada y entienda. Que haya una información desde la base en los colegios donde se entienda que la gestión del territorio es esencial para nuestra supervivencia», sentencia Marta Corella.