Terremoto en Santorini
La inestabilidad sísmica en Santorini fue provocada por flujo de magma «bombeado»
A comienzos de 2025, una secuencia de intensos seísmos sacudió la zona situada entre Santorini y Amorgos, en el mar Egeo
El masivo enjambre de terremotos que sacudió en 2025 las islas griegas de Santorini y Amorgos no fue causado por el deslizamiento de una falla, sino por pulsos de magma que ascendían desde gran profundidad bajo el lecho marino. Así lo señala un nuevo estudio internacional en el que participaron, entre otras instituciones, el University College London (Reino Unido) y la Universidad Aristóteles de Tesalónica (Grecia), cuyos resultados se publican en Science.
La investigación ofrece una visión sin precedentes del comportamiento de un dique magmático en pleno proceso de intrusión y sienta las bases para predicciones eruptivas más fiables y evaluaciones de riesgo volcánico mejor fundamentadas. A comienzos de 2025, una secuencia de intensos sismos –varios de ellos de magnitud cercana a 5– sacudió la zona situada entre Santorini y Amorgos, en el mar Egeo. La condición de volcán activo de Santorini y su historial de erupciones explosivas incrementaron la alarma.
Aunque aún se debate el origen exacto de esta actividad sísmica, suele atribuirse a la intrusión de un dique de magma o al deslizamiento de una falla lubricada por fluidos. Sin embargo, identificar con precisión los procesos implicados es complejo, ya que la mayor parte de la actividad de los diques ocurre a grandes profundidades, fuera del alcance de los métodos tradicionales de monitoreo.
Para superar estas limitaciones, el equipo aplicó técnicas de aprendizaje automático que permitieron detectar y localizar con alta precisión unos 25.000 terremotos registrados durante la secuencia sísmica de 2025.
Mediante una innovadora técnica de imagen tridimensional llamada CoulSeS –capaz de procesar la distribución de los sismos y los indicadores de variación de tensión en profundidad– los investigadores utilizaron los propios terremotos como «sensores virtuales» para reconstruir la fuente geológica responsable de la actividad.
El análisis de la evolución del campo de tensiones y de la migración de los hipocentros reveló que el fenómeno estuvo impulsado por la intrusión de un dique magmático de propagación horizontal que se extendió unos 30 kilómetros bajo el fondo marino entre ambas islas.
Las imágenes de alta resolución mostraron, además, un complejo patrón de fluctuaciones de presión: a medida que el dique avanzaba, rompía sucesivas barreras de tensión en la corteza, progresaba con fuerza y luego atravesaba ciclos de contracción y expansión. Este comportamiento dinámico de «bombeo», pasado por alto en estudios previos, resultó clave para comprender la secuencia sísmica.