Crisis
Apple lleva años enfrentada a China. El gigante asiático enfocó sus medidas contra la covid de la peor manera posible para los intereses occidentales. En un primer momento, no hubo demasiadas quejas porque la pandemia se llevaba por delante muchas vidas y el problema no era fabricar móviles.
El mismo verano de 2020 empezaron las quejas, aunque Apple no fue tan vehemente como Elon Musk que vio reducida su producción de Tesla. China empezó a cerrar fábricas y luego intentó rectificar confinando a sus trabajadores dentro lo que provocó el desastre total.
En cuanto los niveles de contagio han subido en los últimos meses, el Gobierno chino no ha dudado en tomar medidas muy restrictivas. Los empleados de Foxconn, la empresa que monta los iPhone en China, fueron obligados a pasar semanas dentro de las instalaciones para evitar contagios.
Esos centros los forman cuerpos de más de cien mil empleados que no soportaron la medida y huyeron o se enfrentaron a las autoridades por una medida que creen excesiva.
Apple se hartó de una situación que ya ha provocado que envíen a la India parte de la producción del iPhone 14, pero no la suficiente como para dejar de depender de China. Las tensiones con Foxconn provocaron que la empresa de chips ofreciera a los empleados volver a cambio de mejoras salariales para salvar la producción de finales de año donde los de Cupertino se la juegan.
La fiabilidad de la mano de obra de India no es como la de China que lleva años siendo la fábrica del mundo de cualquier tipo de producto tecnológico.
Hay seis millones de iPhone 14 en juego que podrían dejar de ensamblarse según apunta Bloomberg. Esa cifra se une a la caída en las ventas de un teléfono que ha subido de precio y que no llega a los establecimientos.
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