Un mes con las gafas inteligentes de Meta: no hace falta el móvil para mandar un WhatsApp ni para hacer fotos

Tras un mes de uso intensivo de las Ray-Ban Meta, las gafas inteligentes desarrolladas por Meta y Ray-Ban, se puede afirmar que su propuesta va mucho más allá de la estética: son una herramienta diferente para capturar el día a día, escuchar música o pódcast, hablar por teléfono y utilizar la inteligencia artificial de formas sorprendentemente útiles.

Unas gafas de sol de entre 300 y 400 euros que prometen grabar vídeo, hacer fotos y otras muchas cosas más gracias a la IA parecen un buen reclamo. La tecnología se mueve a una velocidad de vértigo y hemos pasado de la realidad virtual a la realidad aumentada sin pena ni gloria (a la espera de Apple) a unas gafas de sol icónicas como las Wayfarer de Ray-Ban capaces de conquistar a miles de compradores en todo el mundo.

El director financiero de EssilorLuxottica, Stefano Grassi, aseguró a finales de 2024 que las gafas de Ray-Ban y Meta se habían convertido en el producto más vendido en el 60 % de las tiendas Ray-Ban de Europa, Medio Oriente y África.

Grassi dio la clave cuando aseguró que pagar unos 300 euros por las gafas Meta, en comparación con el precio medio de 150 a 200 euros de los productos Ray-Ban, indicaba que los consumidores quieren pagar más por unas lentes inteligentes como estas.

Unas gafas «normales»

Las gafas y la funda apenas se diferencian de cualquier modelo de la marca norteamericana. El broche de cierre de la funda es el primer contacto con el futuro: una luz led redonda verde o amarilla y, en la parte inferior, un puerto USB-C para cargar.

La cámara ultra gran angular de 12 MP situada discretamente sobre la lente izquierda es el corazón de la experiencia multimedia. Hacer fotos o vídeos es tan sencillo como pulsar el botón físico en la patilla: una pulsación para foto, mantener pulsado para vídeo. La inmediatez es su mayor virtud ya que no hay que sacar el móvil, desbloquearlo y buscar la app de cámara. Basta con mirar y disparar.

La calidad de las imágenes es muy buena (3K) para el tamaño del sensor. Las fotos ofrecen buena nitidez y colores realistas, aunque en condiciones de poca luz tienen ciertas limitaciones. Para vídeos, la duración máxima ha pasado de un minuto a tres minutos, lo que da margen para grabar escenas completas de eventos.

La estabilización es suficiente para tomas en movimiento, aunque no llega al nivel de dispositivos específicos como una GoPro, pero lo que las hace diferentes es la acción en primera persona de lo que se graba.

La sincronización con el móvil es rápida mediante la app Meta View, que permite revisar, editar y compartir el contenido en redes sociales o por mensajería casi al instante mediante una conexión wifi entre el móvil y las gafas. El usuario no tiene que hacer nada, solo revisar la galería de su teléfono y allí encontrará todo.

Traducción simultánea

La integración de Meta AI marca una diferencia clara respecto a otras smartglasses. La experiencia se activa al decir «Hey, Meta» y en ese momento se puede pedir casi cualquier cosa y, por fin, en español. Preguntar por el tiempo, la hora, resultados deportivos, identificar objetos, sugerir rutas, reconocer música (gracias a la integración con Shazam) y anticiparse a las necesidades de su dueño según el contexto, como recomendar lugares cercanos o recordar tareas mientras camina o cocina.

En los viajes, es muy útil pedirle a las gafas que haga una foto de un cartel o la carta de un restaurante y la traduzca. En cuanto a la función de traducción simultánea todavía tiene limitaciones en español. A pesar de la última gran actualización con IA incorporada, mantener una conversación en inglés, francés, italiano o español y recibir la traducción al instante en los auriculares es imposible. Apenas traduce unos segundos y luego colapsa porque no puede procesar la traducción sonora a la misma velocidad. En cambio, se puede ver la transcripción en el móvil al instante con muchos menores errores, aunque todo depende de la velocidad del interlocutor.

Llamar y escribir WhatsApp

WhatsApp es la aplicación estrella de Meta. La mejor compra que pudo hacer Mark Zuckerberg tenía que ser controlada al detalle por las gafas inteligentes. Una vez activados los permisos en Android o iOS, solo hay que decir las palabras mágicas: «Hey Meta, escribe un WhatsApp a mamá y dile que no me espere a comer». La comprensión es total y solo hay que confirmar el envío para mandar un WhatsApp sin sacar el móvil del bolsillo. Incluso se puede escuchar la respuesta con las gafas puestas y volver a interactuar.

Llamar por teléfono también es posible. Solo hay que conceder de nuevo los permisos necesarios en cada sistema operativo y mantener una conversación en cualquier lugar con solo llevar las gafas puestas, sin auriculares, solo las gafas. Los altavoces situados en las patillas ofrecen el audio perfecto para que solo lo escuche el usuario. Los gestos en la patilla pueden subir y bajar el volumen, pausar la música o activar la IA.

La autonomía real ronda entre 2 y 4 horas de uso intensivo

La autonomía real ronda entre 2 y 4 horas de uso intensivo, suficiente para una jornada de grabaciones, fotos y algunas interacciones con la IA. El estuche de carga añade hasta 32 horas adicionales y recarga las gafas en poco más de una hora.

Cristales

El diseño es clásico Ray-Ban, por lo que pasan desapercibidas y no llaman la atención como un gadget tecnológico. Se pueden encontrar en dos modelos, las Wayfarer y las Skyller, aunque en vista del éxito, Meta ya ha firmado con Oakley para llevar su IA a gafas deportivas de alto nivel.

En cuanto a modelos, Ray-Ban presenta los acabados de cristal transparente con filtro de luz azul, su clásico cristal verde en transición al transparente según la luz y el cristal polarizado. No hay opción de comprarlos sueltos en la web de Ray-Ban, ni muchas ópticas se atreven a cambiar lentes de este modelo concreto, pero en YouTube hay vídeos de dueños del modelo Wayfarer que cambian los cristales con sus propias manos que presumen de haber comprado en Amazon.

No son las gafas definitivas, pero es el paso más grande que se ha dado en smartglasses desde hace años. Las ventas han dado la razón a Meta. Ya tienen el hardware (Ray-Ban o Oakley) ahora solo les queda mejorar el software una y otra vez hasta llegar al dispositivo perfecto que, quién sabe, si sustituirá al móvil.