
Ilustración de una momia
Los cuerpos momificados del Antiguo Egipto huelen a «madera», a «especiado» y a «dulce»
Más allá de su impacto en la conservación y el estudio del material histórico, esta investigación también abre nuevas posibilidades para la divulgación en los museos
Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la University College de Londres (Reino Unido) y la Universidad de Ljubljana (Eslovenia) ha revelado que los cuerpos momificados del Antiguo Egipto desprenden aromas a «madera», «especias» y «dulzura». Este hallazgo aporta nuevos detalles sobre las prácticas de momificación.
La investigación, publicada en el Journal of the American Chemical Society, es la primera en analizar sistemáticamente los olores de las momias combinando diversas técnicas instrumentales y sensoriales, entre ellas una «nariz» electrónica y un grupo de expertos en olfato. Para ello, se estudiaron nueve cuerpos momificados del antiguo Egipto.
Estos resultados ofrecen información valiosa sobre los materiales utilizados en la momificación, la evolución de sus ingredientes y las técnicas de conservación empleadas por los museos. Además, el uso de este análisis químico puede contribuir a la protección de los conservadores, la preservación de los artefactos antiguos y el mantenimiento de su herencia olfativa.
El profesor Matija Strlic, autor principal del estudio y miembro de la UCL Bartlett School Environment, Energy & Resources y la Universidad de Liubliana, explicó: «Durante años, el olor de las momias ha despertado el interés tanto de expertos como del público, pero hasta ahora no se había realizado un estudio que combinara química y percepción sensorial. Nuestra investigación no solo ayuda a mejorar la conservación, sino que también aporta una nueva dimensión a la exposición de momias en los museos».
Por su parte, la doctora Cecilia Bembibre, de la misma institución, destacó dos aspectos clave del estudio: «En primer lugar, los olores nos han revelado información novedosa, lo que subraya la importancia de utilizar nuestros sentidos para comprender el pasado. En segundo lugar, hemos trabajado en estrecha colaboración con expertos egipcios para garantizar que su conocimiento y perspectiva estuvieran representados, desarrollando así un enfoque ético y respetuoso para el estudio de las momias».
Los olores son el resultado de moléculas químicas suspendidas en el aire. Para su análisis, los investigadores utilizaron un cromatógrafo de gases acoplado a un espectrómetro de masas, con el fin de medir y cuantificar las sustancias químicas liberadas por nueve momias exhibidas y almacenadas en el Museo Egipcio de El Cairo. Además, un equipo de especialistas en olfato describió las fragancias en términos de calidad, intensidad y grado de agrado.
La combinación de estos métodos permitió a los científicos determinar si los olores provenían de los propios restos arqueológicos, de productos conservantes o pesticidas añadidos posteriormente, o bien del deterioro natural provocado por microorganismos. Este estudio demostró la eficacia del análisis olfativo como una técnica no invasiva y no destructiva para examinar restos antiguos.
Más allá de su impacto en la conservación y el estudio del material histórico, esta investigación también abre nuevas posibilidades para la divulgación en los museos. La creación de «paisajes olfativos» permitirá a los visitantes conectar con la historia de una forma más inmersiva, utilizando el sentido del olfato.
En el futuro, el equipo de investigación llevará a cabo una reconstrucción contemporánea de los olores de las momias, ofreciendo al público la oportunidad de experimentar este aspecto esencial del legado del antiguo Egipto.
El estudio fue realizado en colaboración con conservadores y curadores del Museo Egipcio de El Cairo, junto con investigadores de Eslovenia, Polonia y el Reino Unido.