
Ilustración artística de un TNO (objeto transneptuniano)
El telescopio James Webb detecta metanol en objetos más allá de Neptuno: pistas sobre el origen de la vida
Los transneptunianos constituyen vestigios excepcionalmente conservados del disco protoplanetario, y su estudio ofrece la posibilidad de reconstruir los orígenes de nuestro sistema solar
Observaciones recientes realizadas con el telescopio espacial James Webb sobre objetos helados situados más allá de Neptuno, conocidos como objetos transneptunianos (TNO), han detectado la presencia variable de metanol en sus superficies. Este hallazgo resulta especialmente relevante, ya que el metanol es una molécula fundamental en los procesos de química prebiótica, íntimamente ligados al origen de la vida.
Los resultados, publicados en The Astronomical Journal Letters de la American Astronomical Society (AAS), identifican dos grupos diferenciados de TNO en función de la cantidad de metanol presente en sus hielos superficiales: uno de ellos exhibe una menor concentración de metanol en la superficie pero una importante reserva subterránea, mientras que el otro, ubicado a mayor distancia del Sol, muestra una cantidad de metanol generalizada aún más baja.
El análisis sugiere que la exposición prolongada a la irradiación cósmica durante miles de millones de años podría haber modificado la distribución de metanol en el primer grupo. Además, plantea interrogantes sobre las señales más débiles registradas en el segundo grupo, lo que abre nuevas vías de investigación.
Una ventana al pasado del sistema solar
Los objetos transneptunianos constituyen vestigios excepcionalmente conservados del disco protoplanetario –el conjunto de gas y polvo que envolvía al joven Sol–, y su estudio ofrece a los astrónomos la posibilidad de reconstruir los orígenes de nuestro sistema solar.Noemí Pinilla-Alonso, codirectora del estudio y profesora de investigación en el Departamento de Física de la Universidad de Central Florida (UCF), subraya que esta investigación contribuye a desentrañar la evolución química del sistema solar primitivo y proporciona herramientas para comprender mejor los exoplanetas, en los que el metanol y el metano desempeñan papeles esenciales en la formación atmosférica y en la caracterización de mundos potencialmente habitables.
«Se ha encontrado metanol, un alcohol simple, en cometas y TNO distantes, lo que sugiere que podría ser un ingrediente primitivo heredado de los inicios de nuestro sistema solar, o incluso del espacio interestelar», afirma en un comunicado. «Pero el metanol es más que un simple residuo del pasado. Al exponerse a la radiación, se transforma en nuevos compuestos, actuando como una cápsula del tiempo química que revela cómo estos mundos helados han evolucionado a lo largo de miles de millones de años».
Según Pinilla-Alonso, el hielo de metanol desempeña un papel clave como precursor de moléculas orgánicas complejas, entre ellas los azúcares, por lo que su detección en estos cuerpos abre la puerta a futuras investigaciones más ambiciosas.
El estudio de los espectros de estos objetos helados ha revelado también que no todos los TNO comparten un mismo origen molecular. Por el contrario, sus composiciones químicas actuales reflejan el lugar y las condiciones en las que se formaron, así como las transformaciones que han experimentado a lo largo del tiempo.
«Nuestros hallazgos sugieren que el metanol se destruye en la superficie de los TNO debido a la irradiación, pero permanece preservado en el subsuelo, protegido de esta exposición», explica Pinilla-Alonso. Esta constatación refuerza la hipótesis de que la superficie de estos cuerpos se encuentra en constante evolución, mientras que su interior conserva los registros químicos primigenios.
Los datos obtenidos gracias al telescopio espacial James Webb ofrecen, de este modo, una oportunidad sin precedentes para retroceder en el tiempo y conocer mejor no sólo los orígenes de nuestro propio sistema solar, sino también las condiciones que podrían favorecer la aparición de la vida en otros lugares del universo.