Ilustración aretística de una enana blanca y un disco de escombros
Hubble capta una estrella comiéndose un trozo de un objeto del tamaño de Plutón
La estrella se encuentra a unos 260 años luz de la Tierra, una distancia que la convierte en un vecino estelar relativamente cercano
Observaciones efectuadas gracias a la capacidad de detección de luz ultravioleta del telescopio espacial Hubble han permitido a un equipo internacional de astrónomos identificar un fenómeno singular: una enana blanca está absorbiendo los restos de un objeto comparable en tamaño a Plutón.
La protagonista del hallazgo es una estrella extinguida, de aproximadamente la mitad de la masa del Sol, aunque concentrada en un cuerpo del tamaño de la Tierra. Según los expertos, su potente gravedad habría capturado y desintegrado un objeto helado similar a Plutón, procedente de un cinturón de escombros helados que recuerda al Cinturón de Kuiper de nuestro Sistema Solar. El estudio que recoge estos descubrimientos ha sido publicado en la revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Gracias al análisis espectroscópico, los investigadores lograron descifrar la composición del material que caía sobre la superficie de la enana blanca. Se identificaron elementos volátiles como carbono, nitrógeno, azufre y un nivel elevado de oxígeno, lo que evidencia una notable presencia de agua.
Una sorpresa inesperada
«Nos sorprendió», manifestó Snehalata Sahu, investigadora de la Universidad de Warwick, en una nota de prensa. La científica, responsable del análisis de los datos obtenidos por el Hubble sobre enanas blancas, añadió: «No esperábamos encontrar agua ni otros materiales helados. Esto se debe a que los cometas y los objetos similares al Cinturón de Kuiper son expulsados de sus sistemas planetarios en una etapa temprana, a medida que sus estrellas evolucionan hacia enanas blancas. Pero aquí, detectamos este material tan rico en volátiles. Esto es sorprendente para los astrónomos que estudian enanas blancas, así como exoplanetas, planetas fuera de nuestro Sistema Solar».
Utilizando el Espectrógrafo de Orígenes Cósmicos del telescopio Hubble, el equipo descubrió que cerca del 66 % del contenido analizado era hielo de agua. Esta proporción tan elevada sugiere que el fragmento formaba parte de un cuerpo considerablemente grande, originado en una región remota del sistema estelar, análoga a las zonas exteriores del Cinturón de Kuiper. A partir de los datos recopilados, los científicos estiman que el objeto engullido era de mayor tamaño que los cometas comunes y podría tratarse de un fragmento de un exoplutón.
Asimismo, se detectó una presencia abundante de nitrógeno, el nivel más alto jamás observado en los restos de sistemas planetarios alrededor de enanas blancas. «Sabemos que la superficie de Plutón está cubierta de hielo de nitrógeno», explicó Sahu. «Creemos que la enana blanca acrecentó fragmentos de la corteza y el manto de un planeta enano».
Este tipo de procesos, en los que las enanas blancas absorben material volátil, son prácticamente invisibles a través de la luz visible. Solo instrumentos como el Hubble, con su capacidad para captar el espectro ultravioleta, pueden detectar estos elementos. En luz óptica, este tipo de estrella parecería una enana blanca ordinaria.
Un escenario que podría repetirse
La estrella se encuentra a unos 260 años luz de la Tierra, una distancia que la convierte en un vecino estelar relativamente cercano. En su fase anterior, cuando era una estrella similar al Sol, probablemente albergó un sistema planetario completo, incluido un cinturón de cuerpos helados parecido al de nuestro propio entorno solar.
Con la vista puesta en el futuro, los investigadores sugieren que un destino semejante podría aguardarle a nuestro Sistema Solar. Cuando el Sol agote su combustible y se transforme en una enana blanca dentro de miles de millones de años, su fuerza gravitatoria podría atraer y desintegrar los objetos del Cinturón de Kuiper. «Estos planetesimales serán entonces desintegrados y acrecionados», anticipó Sahu. «Si un extraterrestre observa nuestro Sistema Solar en un futuro lejano, podría ver el mismo tipo de restos que vemos hoy alrededor de esta enana blanca».