Imagen del planeta Tierra
Ciencia
La NASA avisa sobre un preocupante fenómeno: la Tierra se habría oscurecido en los últimos años
Una nueva investigación publicada en PNAS destaca como el hemisferio norte estaría absorbiendo un exceso de energía solar con respecto al hemisferio sur
Se conoce como CERES (Clouds and the Earth’s Radiant Energy System) al proyecto de la NASA que estudia el balance energético de nuestro planeta. En concreto, este sistema se encarga de medir la radiación solar que la Tierra refleja al espacio, así como la radiación infrarroja que puede llegar a emitir. Entre otros aspectos, este sistema aporta información clave para entender cómo interactúan la atmósfera, las nubes, los aerosoles y la superficie en el sistema climático.
Para alcanzar todos estos objetivos, la agencia estadounidense utiliza satélites como Terra, Aqua, Suomi NPP y NOAA-20, a partir de los cuáles se pueden obtener datos de alta de precisión. De igual manera, la importancia de CERES radica en que proporciona el único registro global continuo del balance radiativo de la Tierra, un indicador fundamental para medir si el planeta gana o pierde energía neta. Gracias a CERES, la comunidad científica dispone de una base sólida para comprender mejor las tendencias energéticas del sistema terrestre.
En este contexto, un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) habría revelado un curioso fenómeno a partir de los datos derivados del sistema CERES de los últimos 24 años. El artículo, liderado por el Tecnólogo Sénior de la NASA en Ciencias de la Radiación, Norman G. Loeb, señala cómo una creciente asimetría hemisférica se habría originado en el presupuesto de radiación de la Tierra. Tal como señala el equipo, se habría observado cómo ambos hemisferios se estarían oscureciendo, siendo el hemisferio norte el que lo estaría haciendo a una velocidad mayor.
Esto se debe, principalmente, al hecho de que la Tierra refleja una menor cantidad de luz solar al espacio, lo que promueve dicho oscurecimiento. Para hacernos una idea, cuando los expertos hablan de la simetría energética de la Tierra, hablan de un equilibrio entre la energía que recibimos de nuestra estrella y la que se emite de vuelta al espacio. Tener este equilibrio es vital para mantener una temperatura estable y adecuada para la vida en el planeta.
Si dicho equilibrio cambia –cuando absorbemos más energía solar de la que nos desprendemos posteriormente–, este exceso se acumula en nuestros océanos y atmósfera, provocando un aumento de la temperatura de la Tierra. Si fuera el contrario –emitiendo más energía de la que se recibe–, esto podría enfriar el planeta. En resumidas cuentas, el hemisferio norte estaría absorbiendo un exceso energético con respecto al hemisferio sur.
«La ruptura de la simetría hemisférica en la radiación solar reflejada desafía la hipótesis de que la simetría hemisférica en el albedo es una propiedad fundamental de la Tierra. Si la circulación general se ajusta para producir una distribución de nubes que restablezca la simetría hemisférica en el albedo en el futuro es una pregunta abierta con importantes implicaciones para el clima futuro», señala el estudio.
La gran pregunta que surge es a qué se debe el oscurecimiento de los hemisferios y, más concretamente, el del norte. Tal como detallan los científicos, la disminución de aerosoles atmosféricos en países del hemisferio norte. Esta disminución es consecuencia de las distintas medidas de control de la contaminación industrial y de vehículos, más beneficiosas para la salud pública pero con consecuencias para nuestro planeta. Esto, sumado al derretimiento del Ártico, estaría modificando dicha absorción energética, modificando el equilibrio entre ambos hemisferios.
Las implicaciones para nuestro planeta pueden ser realmente variadas. Tal como señala la investigación, el mayor calentamiento del hemisferio norte puede derivar en un aumento de precipitaciones tropicales, lo que sugiere alteraciones en la circulación atmosférica global. De igual manera, esta tendencia asimétrica podría ir a más, generando un desequilibrio radiativo entre hemisferios podría persistir o aumentar, con importantes consecuencias para el clima global. Aun así, desde la NASA continúan estudiando y monitoreando esta tendencia, de cara a entender cómo evolucionará el clima de nuestro planeta.