La ciudad de Tromsø, en Noruega, iluminada por una aurora boreal
Ciencia
La región de la Tierra que no verá la luz del Sol hasta dentro de dos meses: por qué ocurre este fenómeno
En el Círculo Polar Ártico, países como Noruega, Finlandia, Suecia, Rusia, Canadá y partes de Alaska experimentan este fenómeno. Dependiendo de la latitud, la oscuridad puede durar desde unas pocas semanas hasta varios meses
En aquellas regiones situadas cerca de los polos terrestres, puede darse la posibilidad de que el Sol no salga durante varios días como consecuencia de la inclinación del eje terrestre. Este fenómeno, conocido como «noche polar» ocurre en mayor medida durante el invierno ártico y antártico. Se debe principalmente a que los polos quedan orientados de manera opuesta a nuestra estrella –inclinándose aproximadamente 23,5 grados con respecto al plano de la órbita terrestre alrededor de nuestra estrella–, permaneciendo así en una oscuridad total.
A pesar de lo que supone, es más común de lo que creemos. En el Círculo Polar Ártico, países como Noruega, Finlandia, Suecia, Rusia, Canadá y partes de Alaska experimentan este fenómeno. Dependiendo de la latitud, la oscuridad puede durar desde unas pocas semanas hasta varios meses. Sin ir más lejos, en lugares como Tromsø (Noruega) o Utqiaġvik (Alaska, EE.UU.) –anteriormente conocida como Barrow–, el Sol puede permanecer bajo el horizonte desde noviembre hasta enero.
En este contexto, el pasado 18 de noviembre los más de 4.000 habitantes de esta pequeña localidad de Alaska vivieron su última puesta de Sol del año, día en el que solamente hubo 45 minutos de luz solar. Cada año, los vecinos de la pequeña ciudad suelen reunirse para observar esta última aparición solar. Este municipio, el asentamiento humano más septentrional de Estados Unidos, se encuentra situado por encima del Círculo Polar Ártico, lo que hace que tenga unos ciclos de luz realmente duros.
De hecho, una vez contemplada la última puesta de sol anual, está previsto que el municipio se encuentra en completa penumbra durante más de 60 días. No será hasta el próximo 22 de enero de 2026 cuando el astro rey vuelva a hacer acto de aparición, marcando el fin de una noche eterna de dos meses.
La ciudad de Utqiaġvik, en Alaska
Junto con la ausencia de luz, otra de las grandes consecuencias de la noche polar son las extremas temperaturas. Con temperaturas máximas de unos -20 ºC, los habitantes de la localidad se enfrentará a una media de -24 ºC, con mínimas que podrían incluso llegar hasta los -50 ºC. Esto, sumado a fuertes vientos que pueden llegar a superar los 100 kilómetros por hora, convierten a Utqiaġvik en una de las localizaciones más extremas del planeta. Aun así, se trata de uno de los lugares donde mejor pueden observarse las auroras boreales durante un tiempo prolongado, siendo una gran oportunidad de estudio científico.
Una vez el Sol regrese a Utqiaġvik, el pueblo podrá disfrutar de luz diurna hasta mediados de mayo, cuando tenga lugar el inicio del «día polar». Este fenómeno, también conocido como sol de medianoche, tiene lugar cuando el Sol permanece sobre el horizonte durante 24 horas o más. Esto provoca un período de luz diurna constante, sin amanecer ni atardecer.
Al contrario que el ártico, en el Círculo Polar Antártico la noche polar es incluso aún más extrema, especialmente en la propia Antártida, donde la oscuridad total puede prolongarse cerca de medio año. Aunque no hay ciudades permanentes, las bases científicas viven este período de oscuridad continua. Allí, la falta de luz solar influye en las temperaturas extremadamente bajas y en las condiciones ambientales únicas del continente.