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26 de abril de 2024

'El Sapo' fue uno de los cabecillas del robo del Banco Popular de Yecla

'El Sapo' fue uno de los cabecillas del robo del Banco Popular de YeclaAmazon Prime

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Cómo robar 14 millones de euros e irse de rositas

El Sapo cuenta en el documental sobre su vida el tercer mayor atraco de la historia de España, el del Banco Popular de Yecla en 1998

Fue Casper, el rey de los butroneros, el que recibe la información: en un pequeño banco de una pequeña ciudad de Murcia hay unas cajas de seguridad que guardan mucho dinero. En la localidad hay fábricas de muebles a las que les va muy bien. Calculan que, como máximo, habrá 400 millones de pesetas. El Sapo, otro conocido ladrón, antaño rival en el mundo del hampa, pero en esos momentos amigo, se une al golpe. El tercer mayor atraco de la historia de España está en marcha. Lo lideran los que «el Messi y el Cristiano Ronaldo de la delincuencia», como los presenta el abogado del protagonista del documental Sapo S.A. Memorias de un ladrón, del que ya comentamos otro episodio, el del robo de los cuadros de Esther Koplowitz.
Ocurre en 1998, en la Nochebuena. No por casualidad se elige ese día: era jueves. El viernes era festivo, y la oficina del Banco Popular de Yecla no abriría de nuevo hasta el lunes. Sabían que eran horas más que suficientes. Ya llevaban un tiempo vigilando la zona. Conocían a qué horas había patrullas de la policía y la Guardia Civil, cómo se comportaban los vecinos, cuáles eran más cotillas y podrían observar algo que se saliese de la rutina.
Casper aporta su equipo. El Sapo, el suyo. En total, trece personas. Hay dos especialistas en aperturas de cajas, un cerrajero, dos expertos en alarmas… Entran en el banco abriendo la puerta, pues previamente han cambiado el bombín de la de la entrada principal por uno similar pero que permite ser abierto por otras llaves de esa marca en concreto. Una genialidad que ningún empleado de la sucursal advierte.

El atraco

Una vez dentro, emplean una perforadora Hildi para acceder, a través de una pared de hormigón, a las cajas de seguridad. El polvillo que se suelta, unido al agua con la que hay que regar la máquina para que no se caliente demasiado, acababa formando un barro que cubre todo el suelo. Abren al fin el boquete, de 60 centímetros. Por ahí entran.
Las cajas son fáciles de reventar, tarea de dos minutos por cada una de ellas. «Se abrió la primera caja y cayeron 60 sobres con un millón de pesetas cada uno», recuerda El Sapo en el documental.
En total abren 89, aunque solo serán 79 los dueños que presentarán denuncia. Los ladrones dejan casi la mitad sin abrir porque no tienen bolsas para guardar tanto dinero. Hasta emplean las de la basura del propio banco. Dentro de las cajas de seguridad encuentran una corona de la patrona de Yecla, un bocadillo casi fosilizado, dos kilos de cocaína y mucho, mucho, dinero en efectivo. De diferentes países. Solo se llevan el dinero y la droga. Van tan cargados que deciden dejar la perforadora en el lugar de los hechos. Es un gran error.
El principal hilo del que tira la policía es ese aparato. Le siguen la pista y resulta que la perforada de marras había sido comprada en Lisboa por un miembro de la banda de Casper. Se estrecha el círculo. Ese grupo es, en palabras de El Sapo, «en plan Torrente». Uno de los miembros se compra un Ferrari que paga en efectivo con billetes llenos de barro; se mata a los pocos días y la banda acude al entierro, donde desconocen que están siendo grabados por los agentes de la ley. Cometen más errores: blanquean dinero a través de un despacho de loterías de Valencia y los pillan. O compran propiedades inmobiliarias en Madrid y Alicante a golpe de efectivo. «En el equipo de Ángel ninguno tiene la ESO», sentencia durante el documental El Sapo, cuyo modus operandi tras el golpe es totalmente diferente. Discreción. Nada de ostentación. Nada de gastar el dinero en el propio país donde lo robas. Y, por supuesto, negarlo todo. Así lo hace cuando es llamado a declarar a los juzgados de Yecla. Sostiene que aquel día de Nochebuena estaba haciendo lo mismo que millones de españoles: cenando. En concreto, con su mujer y un par de amigos. De hecho, la policía accede a una grabación de esa jornada en la que se ve a un calvo en el exterior de esa casa. El Sapo lo es.

La condena

Nadie delata al otro cerebro de la banda. No es ni acusado. No llega a estar ni un segundo en comisaría, ya no digamos, en la cárcel, por este caso. Se va de rositas. Son trece los atracadores, según El Sapo, pero solo tres los damnificados. Casper y dos miembros de su banda son condenados. Les caen dos años de prisión. «Es un robo con fuerza, en definitiva es como un radiocasete del coche», explica un policía en el documental, en el que por primera vez se revela cuánto robaron aquella Nochebuena en Yecla. Fueron 2.700 millones de pesetas. «Yo me llevé 450 millones, que era mi parte, más el dinero de unas deudas que tenía el equipo de Casper conmigo», desvela El Sapo, que es el único que lo puede saber, puesto que el otro cabecilla ya murió.
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