‘Got Talent’
Eduarne era un mar de lágrimas. «Es que ahora que soy madre…», se disculpaba. Risto Meijide la intentaba consolar. Los otros tres miembros del jurado, también. Lloraba, es hora de decirlo, de pura emoción. La causada por Zlata Khomenko, una niña ucraniana de 8 años. Una refugiada. Acudió al programa de la mano de su profesor y de su madre, y se llevó el mejor de los regalos.
Antes de entrar en detalles, aclaremos que no fue el único momento emocionante de la gala. La joven Aída cantó, como siempre lo hace, para su pequeño primo, que sufre una enfermedad rara, que le impide comer por la boca y hablar. Cantó Mi héroe, de Antonio Orozco, y Risto Meijide lo calificó de «momento sagrado». Se llevó el sí de los cuatro miembros del jurado.
Al rato se subió a ese mismo escenario Pepe García, de 19 años, que sufre «una discapacidad física y visual». «El piano es la mejor manera de transmitir lo que yo soy», contó antes de obsequiar al público con una composición propia. Edurne y Paula Echevarría elogiaron la destreza del muchacho a la hora de tocar este complicado instrumento, pese a sus limitaciones. En ese caso, la emoción la rompió Risto que consideró que la pieza había sido «repetitiva» y soltó un «no» que fue todo un jarro de agua fría.
Volvamos ahora a Zlata Khomenko, la refugida ucraniana de 8 años. Quiso dedicar su actuación «a todos los niños que están en Ucrania y a los ucranianos», y se declaró orgullosa de representar a su país en Got Talent.
Dicho todo esto, la pequeña bailarina empezó su número. Se notó que lleva entrenando desde los 2 años. Edurne quiso ser la primera en hablar. Pero se le cortó la voz debido a lo emocionada que estaba. Se fue a llorar a los hombros de Risto. Cuando recobró la voz, dijo: «Quiero que te vayas así». Y pulsó el botón del pase de oro, el que da acceso directo a la semifinal. Una lluvia de papelitos cayó sobre Zlata, y no quedó ni un lagrimal seco en el plató, y suponemos que tampoco en casa.
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