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Paul Newman en 'Marcado por el odio' (1956)

Paul Newman, en 'Marcado por el odio' (1956)GTRES

Historias de película

¿Qué hubiera pasado con Paul Newman si James Dean no hubiera muerto?

Su primer papel importante, Marcado por el odio, lo consiguió después de que el protagonista de Rebelde sin Causa, el elegido originalmente, falleciera en accidente de tráfico

Lo que pudo ser es indiferente. Pero no hay día, ni hombre en el mundo que no haya pensado qué hubiera pasado si un hecho hubiera sucedido o no. No sirve para nada pensar en lo que ya no será, sobre todo porque lo que es ya ha sido y no existirá ni existió jamás algo en su lugar. Pero como juego a veces resulta divertido. Las historias de cine son extraordinarios campos de semillas para este tipo de cosechas: las vidas de actores cuyas carreras podrían haber ido en otra dirección según qué decisiones o paradojas.

En el estrellato más absoluto, el joven John Travolta, nominado al Oscar por Fiebre del Sábado Noche y actor de moda por el musical Grease, era el elegido para protagonizar American Gigolo y la rechazó. Otro tren volvió a pasar cuando Taylor Hackford le quiso como Oficial y Caballero, cosas que tampoco quiso ser. Es posible que Richard Gere deba el éxito de su carrera cinematográfica a los descartes de Travolta (que desde entonces vivió un lento declinar hasta su resurgimiento con Pulp Fiction 15 años después), aunque nunca se sabrá si la fama de Gere hubiera llegado de otro modo, de la misma forma que tampoco se puede saber si Paul Newman hubiera sido Paul Newman de no haber muerto James Dean.

Dean fue el actor fallecido prematuramente en accidente de tráfico a los 24 años, y el actor con el que Newman se encontraba en todos aquellos cástings en los que el ganador nunca era él, sino siempre aquel. Cuando James Dean era famoso, incluso cuando James Dean ya estaba muerto, Paul Newman era un actor desconocido a pesar de ser varios años mayor. En sus confesiones grabadas, base de su autobiografía La extraordinaria vida de un hombre corriente, el elegido en 2001 por Radio Times como el mejor actor de todos los tiempos, admitió sentirse inferior a James Dean y Marlon Brando.

Dean murió en 1955 y en ese año él y Brando eran las máximas estrellas del cine del momento, nominaciones a los Oscars, estatuilla incluida al futuro Vito Corleone por La Ley del Silencio, y éxitos de taquilla constantes. En el año del triunfo de Brando, Newman se estrenó en el cine con una película de la que siempre se avergonzó, el peplum de tercera fila El Cáliz de Plata. Durante 1955 no consiguió ningún papel, y en 1956, las cosas de la vida y de la muerte, protagonizó desde la nada y por sorpresa Marcado por el odio, la película sobre el boxeador Rocky Graziano cuyo rol estaba reservado para James Dean.

El protagonista de Rebelde sin Causa, Al Este del Edén y Gigante ya no estaba. Y sin él, coincidencia o no (son innegables las enormes cualidades interpretativas de Paul Newman) las puertas de los grandes papeles se abrieron para él sin reservas. El Zurdo, La Gata sobre el tejado de Zinc, El Largo y Cálido Verano, Éxodo, El Buscavidas, Dulce Pájaro de Juventud... y así una carrera meteórica y mítica que un día pareció no tener un principio por la presencia de un elegido que desapareció, y entonces (con todo merecimiento) le eligieron a él.

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