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25 de abril de 2024

Cortes de pelo en el teatro Het Concertgebouw, en Ámsterdam

Cortes de pelo en el teatro Het Concertgebouw, en ÁmsterdamHet Concertgebouw

Los museos holandeses ofrecen manicuras y cortes de pelo como protesta por los cierres de la cultura

Con esta iniciativa buscan mostrar su disconformidad contra las normas del gobierno, que solo ha permitido la reapertura de gimnasios y peluquerías

Los museos y las salas de conciertos de los Países Bajos han abierto... pero de manera fugaz y solo cómo forma de protestar por su cierre. Y es que cualquier institución cultural, incluidos los grandes museos y las salas de conciertos, se han visto obligados a cambiar brevemente su actividad para poder abrir sus puertas.
Ante las medidas del Gobierno holandés, que no permite la actividad cultural pero sí «ha rebajado las medidas de seguridad» que mantenían cierres estrictos desde diciembre, permitiendo la apertura de gimnasios, peluquerías y centros de estética, los museos holandeses han decidido impartir clases de yoga y ofrecer cortes de pelo y manicuras como protesta.
Las autoridades ya han entregado avisos de cumplimiento a varios de los 70 locales que participaron en la jornada de protesta, que supone una interesante radiografía del descontento que asola al país y que también ha llegado a bares y restaurantes, que han decidido abrir de manera clandestina, acumulando multas y sanciones.
Unos 50 visitantes fueron recibidos en la actuación «Kapsalon Concertgebouw» («sala de conciertos de peluquería»), en la que se cortó el pelo a la gente durante un ensayo de la orquesta en Ámsterdam. La orquesta residente, dirigida por Susanna Malkki, tocó la Sinfonía número 2 del compositor estadounidense Charles Ives mientras dos peluqueros cortaban el pelo en el histórico recinto.
A escasos metros del Concertgebouw, en el Museo Van Gogh, un barbero realizaba cortes de pelo a los visitantes mientras diez personas se hacían la manicura frente a Noche Estrellada. «Es definitivamente una novedad para nosotros en el Museo Van Gogh», ha explicado la directora del museo, Emilie Gordenker, a la agencia de noticias AP. «Entendemos que el gobierno haya abierto gimnasios, pero también se necesita un gimnasio mental, y un museo es un lugar al que la gente acude cada vez más para encontrar un poco de profundidad o razones para su vida», añadía la directora. «Y el tema de la salud mental es especialmente relevante para nuestro museo, obviamente, por la propia situación mental de Vincent van Gogh», añadió.
Por un día, Rembrandt y Vermeer asistieron a una clase de gimnasia en el Mauritshuis de La Haya mientras las esterillas de yoga se extendían sobre las ilustres salas el Rijksmuseum o del Frans Hals Museum.
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