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29 de marzo de 2024

El arquitecto británico David Chipperfield, que ha ganado el Premio Pritzker 2023, el máximo galardón mundial de la arquitectura, en La Coruña

El arquitecto británico David Chipperfield, que ha ganado el Premio Pritzker 2023, el máximo galardón mundial de la arquitectura, en La CoruñaEFE

David Chipperfield, el gran enamorado de España, gana el Premio Pritzker

El arquitecto, que le ha dado una nueva vida a Berlín, autor del edificio Veles i Vents en Valencia y dueño de una casa en Corrubedo (La Coruña), aúna tradición y conjuga todas las escalas, del interior a la urbana, y diseña por el planeta depurando la tradición

El arquitecto británico David Chipperfield (Londres, 1953) se ha alzado hoy con el Premio Pritzker 2023, el máximo galardón mundial de la arquitectura, según señala el fallo del premio. Eterno aspirante a este honor (él, que es Caballero de la Orden de Honor), después de décadas reivindicando la permanencia frente lo efímero en contraste con las nuevas corrientes, el premio ha recaído por fin sobre este genio defensor de la arquitectura sostenible.
El jurado del Pritzker resalta y premia precisamente esas cualidades: la capacidad de realizar obras resistentes, de forma literal pero también simbólica, capaces de resistir el embate del tiempo. Su compromiso con una arquitectura «de presencia cívica discreta, pero transformadora, y la definición –incluso a través de encargos privados– del ámbito público, hecha siempre con austeridad, evitando movimientos innecesarios», que transmite a nuestra sociedad «esa dimensión de la sostenibilidad que no ha sido evidente en los últimos años: la de que la sostenibilidad como pertinencia no sólo elimina lo superfluo, sino que también es el primer paso para construir estructuras capaces de durar física y culturalmente».
Vista de la sede de Amorepacific, en Corea del Sur, obra del arquitecto británico David Chipperfield

Vista de la sede de Amorepacific, en Corea del Sur, obra del arquitecto británico David ChipperfieldEFE

«Estoy tan abrumado de recibir este honor extraordinario y de estar asociado con los ganadores anteriores que han dado tanta inspiración a la profesión», ha comentado Chipperfield, según ha anunciado el jurado en redes sociales. Chipperfield es el 52º premiado y ha sido descrito por el jurado como «sutil pero poderoso, moderado pero elegante», a la vez que han elogiado que demuestre «su reverencia por la historia y la cultura mientras honra los entornos naturales y construidos preexistentes».
«Él reinventa la funcionalidad y accesibilidad de nuevos edificios, renovaciones y restauraciones a través de un diseño moderno atemporal que enfrenta las urgencias climáticas, transforma las relaciones sociales y revigoriza las ciudades», ha declarado el jurado.
El arquitecto ha asegurado que recibe este premio como un estímulo para continuar dirigiendo su atención «no solo a la esencia de la arquitectura y su significado, sino también a la contribución que podemos hacer como arquitectos para abordar los desafíos existenciales del cambio climático y la desigualdad social».

Su vinculación con España

En España, Chipperfield firmó una obra audaz, el edificio Veles i Vents de Valencia. Sin embargo, el inmueble no tuvo ni la inversión requerida ni ha tenido el mantenimiento que una obra así precisa. «Los mejores proyectos incluyen una inteligencia económica, saber en qué invertir», comentó entonces.
Edificio Veles i vents, en Valencia, obra de David Chipperfield

Edificio Veles i vents, en Valencia, obra de David ChipperfieldFermín Vázquez-b 720

David Chipperfield mantiene una muy activa relación con España, particularmente estrecha con Galicia. A la Ciudad de la Justicia barcelonesa y las viviendas sociales en el barrio madrileño de Villaverde, Chipperfield sumó su propia casa en Corrubedo, LaCoruña. Construida entre 1996 y 2002 y encarada hacia la bahía del Vilar y la Ladeira, forma parte de cualquier lista de obras destacadas de este arquitecto.
También en Galicia tiene hoy una fundación, la Fundación RIA, para proteger «no solo los edificios y el medio ambiente, también la suma de edificios». En Corrubedo han recuperado hasta el bar del pueblo, el conocido Bar do Porto, y ahora pasan los veranos con sus hijos en la pequeña localidad coruñesa.
Es ese tipo de recuperación la que le llevó el año pasado a abrir su quinta sede (tras Londres, Berlín, Shanghai y Milán) en Santiago de Compostela. La oficina tiene hoy seis empleados y resume el tipo de arquitecto global pero local que Chipperfield decidió ser. Fue la afinidad con un arquitecto español, Manolo Gallego, lo que lo llevó hasta La Coruña. Y ha sido la fuerza del lugar, de su geografía y de su historia, lo que ha hecho que tanto él como su mujer, la argentina Evelyn Stern, y sus hijos, se impliquen en la vida del pueblo. «Nuestra casa en Corrubedo es mi manifiesto de lo que entiendo por arquitectura, algo que mejora las cosas pero no las somete. Una intervención no minimalista pero sí precisa a la que nada le sobra y nada le falta».
La casa de vacaciones en Corrubedo de David Chipperfield

La casa de vacaciones en Corrubedo de David ChipperfieldFundación RIA

Entre los edificios más sobresalientes que Chipperfield ha construido en nuestro país se cuentan la remodelación del Paseo del Óvalo (Teruel, 2003), el edificio de vivienda social en Villaverde (Madrid, 2005 – realizadas en asociación con José María Fernández Isla), el pabellón Veles e Vents (Valencia, 2006) y la Ciudad de la Justicia (Barcelona, 2011). Su asociación con el equipo español Fermín Vázquez-b 720 Arquitectos ha sido clave para la materialización de casi todos estos proyectos.
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