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16 de abril de 2024

El "machismo en los dientes"

El «machismo en los dientes»Paula Andrade

El «machismo en los dientes» o el sectario ridículo de la ciencia 'woke'

Un delirante estudio pretende demostrar que las diferencias entre dientes masculinos y femeninos de la Edad Media indican qué el sexo masculino recibía un trato mejor que se perpetúa en el presente

Según la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), una publicación científica empeñada en encontrar razones históricas en el sesgo de «género», las diferencias entre dientes masculinos y femeninos en un mismo lugar y tiempo indican qué sexo recibía un trato sanitario y dietético preferente. Entre otros «hallazgos», dicen que «es sorprendente que los patrones de sesgo de género que existían en la Edad Media y en épocas anteriores se sigan reproduciendo en las actitudes contemporáneas». No parece precisamente un dato científico (la ciencia woke es como una cadena de ADN a la que se introduce entre medias ideología como Michael Crichton escribía que completaban las secuencias para crear dinosaurios en Parque Jurásico con ADN de otros animales) asegurar que los patrones de la Edad Media se siguen reproduciendo en el presente.

La ciencia al servicio de la ideología

El sesudo estudio dice que ha comparado «zonas de Europa con una desigualdad histórica frente a otras que, a lo largo de los siglos, se han mostrado más igualitarias», extraordinario viaje para el que no hacían falta alforjas: naturalmente que el igualitarismo no es igual, valga la redundancia, en España que en Irán, aunque muchos probablemente se empeñen en decir que sí, o justo lo contrario. Incluso es posible que Proceedings of the National Academy of Sciences encuentre una razón «científica» para demostrar que el igualitarismo es mayor en Irán que en España. La ciencia woke es así de rigurosa al servicio de la ideología, convertida en un elemento de juicio «científico».
Dicen los investigadores de PNAS que en un yacimiento situado en Istria, a orillas del Mar Negro, hallaron pruebas de un sesgo favorable a los hombres en los registros dentales del año 550 d.C., y que de los 49 esqueletos analizados, el 58% de las mujeres mostraban signos de desnutrición y traumatismos en los dientes, frente al 25% de los hombres. Este lugar contrasta con los estudios en Plinkaigalis, en Lituania, donde la dentadura de las mujeres salía mejor parada. De los 157 esqueletos, el 56% de los varones presentaban signos dentales de traumatismo y desnutrición, frente al 46 % de las mujeres. Con estos curiosos y ciertamente rebuscados datos sobre el mapa, ¿dónde está el machismo, que además se perpetúa en el presente? ¿Es discriminación o continuidad histórica y genética?

Las mujeres tienen peor salud dental

En la actualidad, según indica el mismo estudio, la ciudad de Plinkaigalis, que hoy se llama Kėdainiai, dicen que sigue siendo igualitaria del mismo modo que en Istria siguen siendo poco igualitaristas. ¿Y en Irán, por seguir con el ejemplo, una sociedad avanzada en el pasado donde las mujeres (y los hombres) eran libres y hoy no? ¿Ese ejemplo no lo utiliza PNAS? Una dudosa investigación con la ideología disfrazada de «ciencia», la ciencia woke que ni siquiera tiene en cuenta, en este caso, el hecho científico demostrado y contrastado (concretamente, y entre otros, reflejado en el estudio del antropólogo John R. Lukacs publicado en la revista Current Anthropology) de que las mujeres (no solo en Istria o en Plinkaigalis) tienen peor salud dental que los hombres debido al cambio de vida experimentado hace 10.000 años, con la invención de la agricultura.
Según Lukacs la transición de una sociedad nómada a una sociedad estable llevó a un estilo de vida más sedentario que aumentó la fertilidad femenina. El hecho de que las mujeres estuvieran embarazadas más a menudo les provocó cambios hormonales y una disminución en su secreción de saliva que les hizo más vulnerables a la caries dental. Algo a lo que se unió que dichos cambios hormonales provocaron que durante los embarazos aumentase el consumo por antojo de alimentos ricos en hidratos y en azúcar, ya que además, entonces, las mujeres estaban a cargo de los alimentos.

No es machismo, es naturaleza

A buen seguro estas conclusiones científicas pueden ser consideradas como machistas por publicaciones como Proceedings of the National Academy of Sciences al no incluir secuencias ideológicas, tan solo científicas, en su análisis. Las deducciones empíricas originales, casi primigenias, que han de desecharse para poder comenzar un estudio donde se quiere hablar de un concepto tan delirante como el «machismo dental». Unas deducciones y muchas otras que han demostrado que las mujeres (no es machismo, es naturaleza) «son más propensas al sangrado de encías, dientes sensibles y aparición de caries», debido, como se ha dicho más arriba a los grandes cambios hormonales de la mujer a lo largo de su vida, como el embarazo, la menstruación y la menopausia.
Períodos de fluctuación hormonal que favorecen la proliferación de bacterias que producen «un desequilibrio de microorganismos que puede dar paso a caries, gingivitis o periodontitis», entre otras afecciones que le importan un bledo a la ciencia woke con tal de poder decir que existe el machismo hasta en los dientes.
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