Lengua española
Murciégalo y toballa son algunos ejemplos
A lo largo de la historia el idioma español ha experimentado muchos cambios. Iniciados por los mismos hablantes, la lengua suele cambiar de acuerdo a las necesidades de los que la hablan. Por ello, algunas palabras dejan de usarse y aparecen nuevas o cambia la forma en la que se escriben.
Este es el caso de la palabra «toalla». Esta pieza de tela que utilizamos para secarnos el cuerpo, anteriormente recibía el nombre de «toballa» y, aún más atrás «tobaja» como queda registrado en el Diccionario de Autoridades de 1739.
La palabra «murciélago» era antes «murciégalo». Este término para referirnos a este mamífero sufrió un proceso llamado metátesis, en el que se intercambian de posición algunas letras dentro de una palabra. La Real Academia Española (RAE) explica el origen de «murciégalo», iene del latín, específicamente del muris que significa «ratón» y caecus que significa «ciego».
La palabra «siesta» es otra que ha cambiado con el tiempo. Originalmente, era «sestear» y se refería a la «sesta hora» del día, algo que antes se entendía como el periodo entre el mediodía y aproximadamente las tres de la tarde.
La palabra «peligro» también ha cambiado. Peligro viene del latín periculum que significaba lo mismo que significa «peligro». Este término dio paso a «periglo». Pero al ser difícil de pronunciar, la palabra pasó por una metátesis en la que se cambiaron dos consonantes y terminó como la conocemos hoy.
Por último, otro gran ejemplo es la palabra «enjuagar». También proveniente del latín, y se refería a lavar la boca o la dentadura con algún líquido. De exaquara dio lugar a «enxaguar» lo que luego fue «enjaguar» y por último como hoy la conocemos «enjuagar».
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