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Estatua de Julio César

Estatua de Julio CésarRAE

La RAE explica de dónde proceden los nombres de los meses de «julio» y «agosto» y apunta al Imperio romano

El Imperio romano manda en el mes de julio y lo hará también en agosto, dos meses cuyos nombres nos entroncan directamente con los Césares

El origen de los nombres de los meses del año, también de los días de la semana, suele ser motivo de curiosidad de muchos hablantes.

Aunque el modo de nombrar los meses y los días ha evolucionado a lo largo de los siglos, el bloque central del modo en que contamos y nombramos nuestro calendario bebe, como casi todo en nuestra cultura, del Imperio romano y del latín.

Y, en concreto, hay dos claros «culpables», o responsables, si se prefiere: Julio César y su sucesor, el emperador Octavio César Augusto.

A Julio César le debemos el modelo de nuestro calendario, al ser responsable del calendario Juliano, que estuvo vigente en Europa hasta finales del siglo XVI.

Aunque España, y casi todas las naciones europeas, adoptaron el calendario gregoriano a partir de 1582 (excepto en Inglaterra), lo cierto es que el calendario fruto del estudio científico encargado por el Papa Gregorio XIII se basó en el establecido por Julio César, realizando una serie de ajustes propios de los nuevos conocimientos científicos que permitieron solucionar varios desajustes.

Lo que permaneció inmutable fue el modo de nombrar los meses, una tradición que hunde sus orígenes en la antigua tradición cultural y religiosa romana.

Tras la reforma gregoriana, el calendario permaneció inmutable hasta nuestros días, con la excepción de los años (entre 1792 y 1806) en que los revolucionarios franceses lo sustituyeron por el llamado calendario republicano.

Imbuidos de anticatolicismo, de cientificismo y de ideas emanadas de la masonería, la Convención Nacional borró de un plumazo cientos de años de tradición e instauró un nuevo calendario con nuevos meses: Vendimiario, Brumario, Frimario…, Germinal, Floreal, Pradial…

Estos meses no coincidían exactamente con los meses del calendario gregoriano. No hace falta decir que el nuevo sistema fue un absoluto desastre y que la Francia revolucionaria terminaría por regresar al calendario gregoriano vigente en el resto de la Europa tradicional.

Con motivo del inicio de los meses estivales, la Real Academia Española ha difundido una breve nota en Twitter donde explica el origen del nombre de julio y agosto.

«En el mes que empieza hoy recordamos que ‘julio’ proviene del latín ‘Iulius’, nombre puesto en honor de Julio César, igual que ‘agosto’ procede de ‘Augustus’, en honor del emperador Octavio Augusto. Además, tanto ‘julio’ como ‘agosto’ se escriben con minúscula inicial», es la explicación de la RAE.

En definitiva, la RAE nos muestra cómo, pese al devenir de la historia y el paso de innumerables culturas y pueblos por la península ibérica, la impronta romana en la cultura española sigue siendo central y demuestra que, en el fondo, los españoles nunca hemos dejado de ser romanos.

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