Urtasun mezcla las revoluciones hispanoamericanas con el estatuto del artista

«La revolución es como una bicicleta, si no avanza, se cae». Esta es la cita de revolucionarios hispanoamericanos que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha colado en la presentación del estatuto del artista. «Y el estatuto del artista es la bicicleta del mundo de la cultura», ha concluido el ministro durante su intervención.

Además, al finalizar sus palabras, Urtasun, ni corto ni perezoso, ha comparad a Ricardo Morón, director de coordinación jurídica del Ministerio de Trabajo, con el «Che Guevara de la negociación laboral». Llama la atención esta comparación, habida cuenta de la reconocida homofobia que lució el revolucionario.

Más allá de los desafortunados comentarios del ministro, durante la presentación del estatuto, en la que también ha participado Yolanda Díaz, se ha informado de esta es la renovación de la norma vigente, que data de 1985.

Una de las principales novedades es la regulación del trabajo infantil. Según ha explicado Díaz, los menores no podrán trabajar de forma autónoma en redes sociales, sino que se necesitará de una empresa que vehicule su labor

Díaz ha señalado que la propuesta por la que se regula la relación laboral de personas artistas, técnicas y auxiliares en el ámbito de las artes escénicas, audiovisuales y musicales irá ahora a consulta pública, tras seis meses de trabajo con el sector cultural, y tendrá rango de real decreto por lo que no pasará por el Congreso de los Diputados, según informa Efe.

Sobre el hecho de que sea la primera vez en 40 años que se actualiza la norma, Díaz ha recordado que en 1985 «no había redes sociales, ni IA ni nada de lo que hay hoy, por lo que este paso es clave para mejorar las condiciones de trabajo del mundo de la cultura».

Otro de los grandes temas que aborda el estatuto es la inteligencia artificial. Según ha expuesto Díaz, no se podrán reproducir interpretaciones, rostros e imágenes sin autorización de los creadores y sin compensación económica.

Y el tercer pilar de la norma es la introducción de la figura del coordinador de intimidad durante los rodajes de escenas íntimas. Esto será obligatorio por ley para proteger los límites y el consentimiento.