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20 de abril de 2024

El primer santo Dimas el ladrón

«El primer santo: Dimas el ladrón» y «La virtud de escuchar»Nuevo Inicio

«El primer santo» y «La virtud de escuchar». Dos pequeños ensayos de un gran hombre

La reedición de estas dos obras de Guillermo Rovirosa, fundador de la HOAC, iluminan la tarea de los cristianos en la hora presente

En el contexto de la tarea que la Editorial Nuevo Inicio se propuso desde su origen –publicar «obras contemporáneas o antiguas, cristianas o no, que puedan ayudarnos a afrontar, desde la luz de Cristo, el momento que vivimos»– acaba de ver la luz la reedición de dos obras de Guillermo Rovirosa que por su cercanía a nuestro tiempo iluminan la tarea de los cristianos en la hora presente: El primer santo: Dimas el ladrón y La virtud de escuchar; que ya encontraron una primera edición en sus Obras Completas, publicadas hace años por la HOAC, y ahora ven de nuevo la luz en una elegante edición de la editorial granadina. No por casualidad la obra se publica en la colección Profetas, porque la luz que aporta tiene que ver con el horizonte de sentido hacia el que caminar.
El primer santo Dimas el ladrón

nuevo inicio / 258 págs.

El primer santo: Dimas el ladrón. La virtud de escuchar

Guillermo Rovirosa

Para muchos de nuestros contemporáneos, inevitablemente para todos nosotros, cristianos de la vieja Europa, la fe, o el problema de Dios en general, tiene que ver con lo que frecuentemente denominamos el «más allá» en relación con el «más acá» del mundo y la historia, objeto de nuestros afanes y la casi totalidad de nuestra vida, salvo por los pequeños espacios de tiempo que rescatamos cotidiana o semanalmente para recrear con nostalgia ese otro mundo, fuera y distinto de éste en el que vivimos. De manera que toda nuestra energía y afecto se emplean en enderezar razonablemente el mundo para hacerlo más humano, en la absurda confianza de que el tiempo jugará a nuestro favor y que el deseo que nos constituye se cumplirá, no se sabe bien cómo.
Pero eso, no sólo es irracional, sino que oscurece el hecho de que la alternativa es otra muy distinta. Es la elección entre dos imágenes de la realidad opuestas: un mundo regido por relaciones estrictamente mecánicas en las que el hombre aparece como un dramático «verso suelto», difícil de encajar, un principio de sentido en un cosmos carente de él, o una imagen personal del mundo, creado y sostenido por una libertad personal que hace de la historia el lugar de encuentro con el hombre. Y entonces todo es distinto… Porque si el fundamento de toda la realidad es espiritual, entrar en diálogo con la inteligencia y el amor que la sostiene es el fin de toda la vida, que ya no se juega en lo que nosotros podemos hacer, sino en reconocer esa presencia de sentido que nos precede y que hace de todas las cosas, grandes o pequeñas, ordinarias o extraordinarias, ocasión para un encuentro.
Esta última hipótesis es la que Guillermo Rovirosa, fundador y primer presidente de la Hermandad Obrera de la Acción Católica (HOAC), se tomó en serio en lo que supuso el principio de su conversión, a los 35 años, al caer en la cuenta de que creía conocer el cristianismo, pero que desconocía enteramente la persona misma de Cristo. Y se propuso conocerle. Desde entonces hasta su muerte vivió de modo que su existencia pudiera convertirse en diálogo permanente con el Dios que se había hecho presente en nuestra historia. Eso es lo que transparentan las dos obras publicadas.
El primer santo: Dimas el ladrón es una curiosísima «hagiografía», una indagación muy personal e inteligente del único santo canonizado directamente por Nuestro Señor. Sorpresa y fascinación es la impresión que deja al terminar. Por su parte, La virtud de escuchar tiene la bondad de revelar a su autor, que es el verdadero tesoro oculto detrás de los dos textos. Un tesoro en el que profundizar y sobre el que la Iglesia está a la espera de pronunciarse, definitivamente, pues su proceso de canonización está abierto. Ambos textos se han editado junto con el capítulo V de la obra El primer traidor cristiano: Judas de Keriot, el apóstol, que lleva el significativo título Judas y yo, en el que el mismo Guillermo Rovirosa cuenta su conversión, así como con un extenso prólogo de Mons. Javier Martínez, que por sí solo justificaría hacerse con el libro.
Joseph Ratzinger escribió que los cristianos nos preguntamos desde hace mucho tiempo sobre el modo de hablar de Dios a nuestros contemporáneos, sin saber bien cómo hacerlo e ignorando que no hay más lenguaje que el «lenguaje secular», es decir, el lenguaje de nuestro tiempo, en el que los cristianos deberíamos aprender a «deletrear el alfabeto del mundo de manera que se convierta en una palabra sobre Dios». En este tiempo que vivimos, estos cuadernos de notas son testigos de cómo se hace presente en un hombre la alegría de la Resurrección.
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