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20 de abril de 2024

Portada de «Amor. Una historia en cinco fantasías» de Barbara H. Rosenwein

Portada de «Amor. Una historia en cinco fantasías» de Barbara H. RosenweinAlianza Editorial

'Amor. Una historia en cinco fantasías': las narrativas del corazón

Una historia de las historias del amor en Occidente, donde muestra cómo se han enriquecido las diferentes lecturas del amor desde los griegos hasta la actualidad

«Pero el amor, esa palabra…». Con esta frase iniciaba Julio Cortázar uno de los capítulos más célebres de Rayuela y en él Oliveira se plantea la naturaleza del amor, para finalmente quedarse en la palabra. Y no es para menos porque esa combinación de letras ha estado torturando al ser humano desde su origen. No hay tema literario más trabajado, y aun así nadie parece tener la última palabra sobre el asunto.
La profesora Rosenwein se propone en este libro escribir una historia del amor. Ella es historiadora de las emociones, y tras varios libros trabajando el odio, ha optado por algo más amable. Siendo puristas, diríamos que ha escrito una historia del amor occidental, pues sus referencias comienzan en Homero y se centran en gran medida en el contexto europeo y americano. Cualquiera excusaría que el amor es igual para todo humano, pero no desde la perspectiva desde la que Rosenwein lo trabaja, que es en gran medida cultural. Ella habla de fantasías del amor, es decir, construcciones narrativas que han evolucionado con el tiempo. Como buena historiadora, intenta mantenerse en la objetividad de los datos y en teoría su planteamiento es estrictamente descriptivo. No pretende descubrir la naturaleza del amor, ni dar una definición precisa, sino mostrar sus percepciones en las fuentes literarias, filosóficas e históricas aunque sean antagónicas entre sí.
Portada de «Amor. Una historia en cinco fantasías» de Barbara H. Rosenwein

alianza editorial / 219 págs.

Amor. Una historia en cinco fantasías

Barbara H. Rosenwein

Ya de por sí la palabra «amor» admite varias definiciones, y de ahí que los griegos tuvieran diferentes palabras para definirlas. Rosenwein se centra en lo que podemos llamar amor erótico, si bien no se excluyen otras manifestaciones, como el paternofilial, amical o espiritual, aunque subordinados al primero. Dentro de este amor, ciertamente complicado, ella lo ordena en seis fantasías: «Afinidad», o identificación y armonía en la pareja; «Trascendencia» o capacidad para mejorar al individuo y elevarlo a altos niveles del espíritu; «Obligación» o sentimiento del deber hacia la otra persona y la sociedad; «Obsesión» o fuerza que excluye toda racionalidad y finalmente «Insaciabilidad» con la carnalidad como única referencia.
La categorización, como todas, tiene su punto de simplificación y exclusión, pero tal y como la autora lo ha defendido queda convincente. A cada versión del amor le corresponde un capítulo y dentro del mismo podemos encontrar una similar estructura que es principalmente cronológica. Parte en los griegos y va avanzando a lo largo de grandes hitos históricos hasta la actualidad. Cada capítulo desarrollará más o menos los diferentes periodos: la afinidad con los griegos, la trascendencia con el cristianismo, la obsesión con el Romanticismo… pero sin excluir a otros, de tal modo que las seis «fantasías del amor» van paralelas a lo largo de la historia de Occidente. Su intención, no obstante, no es histórica, sino que aspira a entender el amor actual desde una perspectiva de sus orígenes históricos.
Es, en este aspecto de la actualidad, donde diría que el libro pierde fuelle. A pesar de los esfuerzos por actualizar al máximo el discurso, a la autora se la nota más cómoda con Platón que con Casablanca. Se echa en falta una mayor solidez en la presentación de la cultura del siglo XX (y no digamos del XXI), sobre todo en su aspecto más popular, que es la gran creadora de relatos colectivos. Del mismo modo, y este comentario tal vez esté provocado por deformación profesional, pienso que no se ha aprovechado en toda su fuerza a la literatura, y especialmente la poesía, como creadora de narrativas amorosas. Autores tan importantes como Horacio, Catulo, Chretien de Troyes o Petrarca, por simplificar y sin hablar del XIX para acá, aparecen poco o nada citados, y en el mejor de los casos cogidos con pinzas. Entiendo que no se puede abarcar todo, y Rosenber ha elegido.
Amor. Una historia en cinco fantasías es un libro contundente y original. Ya de por sí la intención de escribir desde una perspectiva académica sobre el amor merece admiración y respeto. La factura, desde el punto de vista bibliográfico y por las fuentes utilizadas, es ejemplar. El libro está cargado de erudición y de argumentos sólidos, lo que no lleva a que la propuesta interpretativa sea subjetiva y, lógicamente, opinable. Termino con Lope de Vega y el último verso del poema donde describe su personal definición: «Esto es amor, quien lo probó lo sabe».
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