El legado de Pau
Pau Gasol se ha convertido en uno de los más nítidos transmisores de los valores del deporte, sí, pero por encima de todo, de los valores de los deportistas
La trayectoria de un gran deportista no puede, ni debe, resumirse en una sucesión de títulos, medallas, éxitos y récords. Estos acaban por olvidarse, por superarse o por entrar a formar parte de una estadística despersonalizada.
No, lo importante no es el qué sino el cómo. Lo conseguido es generalmente la consecuencia del esfuerzo, trabajo, determinación y una buena gestión del talento.
Y de todo lo anteriormente expuesto, Pau Gasol se ha convertido en uno de los máximos exponentes, en uno de los más inspiradores ejemplos, en uno de los más nítidos transmisores de los valores del deporte, sí, pero por encima de todo, de los valores de los deportistas.
Estos valores entran a formar parte transcendental de la memoria colectiva, asociada, lógicamente, a los éxitos deportivos que permitieron poner el foco, no únicamente en el qué sino, en el cómo se consiguieron.
Sin concesiones a la nostalgia, recordar no deja de significar volver a pasar por el corazón, y es un buen ejercicio echar la vista atrás para revivir, confirmar y consolidar lo que realmente te gustaría dejar como herencia tanto a los que quieren seguir sus pasos en el baloncesto, en el deporte, como a una sociedad en ocasiones necesitada de inspiradores ejemplos.
El legado de Pau como cabeza visible de una extraordinaria generación de deportistas, la de los nacidos en 1980, es un legado de ilusión, pasión, superación y compromiso.
Compromiso con tus amigos, con tus compañeros de equipo, con el baloncesto o con tu país, con todos o con cualquiera de ellos pero siempre con sincero compromiso.
Resulta fundamental no dilapidar los buenos legados que se reciben y así lo percibió la generación del 80 cuando tomaron el relevo de Alberto Herreros y Alfonso Reyes entre otros. Esta generación, la del 80, perfectamente apoyada por jugadores algo mas veteranos como Jorge Garbajosa y Carlos Jiménez y con la fuerza y buenas intenciones de los mas jóvenes como Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Marc Gasol marcaron un hito histórico en el deporte español con la consecución del Campeonato del Mundo en Japón 2006. Un claro ejemplo de la mayor importancia del cómo sobre el que.
Pau contribuyó como en otras ocasiones, anteriores y posteriores, con sus capacidades de liderazgo,visible e invisible, reconocidas por sus propios compañeros, con su muy bien valorado conocimiento del juego, capaz de interpretar diversos modelos y estrategias, con su mejor fundamento, habilidad o especialización: su inteligencia, con su aportación generosa para hacer incluso mejores a sus propios compañeros y equipos o ganando batallas sin ni siquiera llegar a jugar como ocurrió en la final del Campeonato del Mundo de Japón en la que su mera presencia en el banquillo ya significaba un plus para nuestro equipo.
Cuando un gran deportista como Pau, recibe un buen legado, lo asimila, enriquece, multiplica y transmite el futuro de nuestro deporte, aunque no exento de dificultades, siempre será más brillante.
Con respeto, confianza y generosidad(RE-CO-GE) todo resultará mejor, incluido el trayecto hacia una nueva vida, una nueva actividad, espero que no alejada del deporte, de Pau, en la que le deseo mucha felicidad y como consecuencia, nuevos éxitos.
Gracias por tu legado, Pau.
José Vicente 'Pepu' Hernández fue seleccionador nacional de baloncesto desde 2006 a 2008
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