Protestas por la participación del equipo Israel Premier Tech en la Vuelta
Los ciclistas amenazan con parar La Vuelta si no se garantiza su seguridad
Las protestas propalestinas están empañando el desarrollo deportivo de la Vuelta a España y este miércoles los ciclistas han tomado una decisión trascendental que puede influir en el devenir de la competición.
La situación se está convirtiendo en insostenible. Cada día que pasa las protestas van a más y los ciclistas están empezando a perder la paciencia, tal y como han dejado claro en la reunión que han mantenido con los organizadores de la ronda española.
El sentir general es el de seguir corriendo y acabar el domingo en Madrid sin grandes sobresaltos, pero los ciclistas han dejado claro que si sucede algo grave o se pone en riesgo su integridad física, tal y como sucedió con Javi Romo, ciclista del Movistar Team, dejarán de correr.
La paciencia está al límite. En la 16ª etapa, algunos ciclistas sufrieron un nuevo ataque con chinchetas lanzadas a la carretera cuando faltaban 25 kilómetros para el final y se tuvo que adelantar la línea de meta, ya que los manifestantes tiraron un árbol para bloquear la llegada de los ciclistas participantes.
Si nada cambia, el final de la ronda española apunta a ser tenso y, de hecho, no está garantizado que la 17ª etapa, que se corre entre O Barco de Valdeorras y El Morredero, acabe en tiempo y forma por un fuerte temporal y la organización de la Vuelta no descarta que no se puedan correr los cinco kilómetros finales.
Ante este escenario, las opciones de los equipos son escasas. Una es la de plantarse de manera conjunta en defensa de la seguridad de los corredores —algo que exigiría una unidad total poco probable—, seguir adelante como hasta ahora pese a los riesgos, o esperar a que el Gobierno intervenga, algo que no parece cercano dada la ausencia de disturbios violentos. Por el momento, el bloque mayoritario opta por pedalear y seguir hasta Madrid.