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28 de abril de 2024

Fernando Alonso en el 'pit lane' de Albert Park

Fernando Alonso en el 'pit lane' de Albert ParkEFE

El Aston Martin no solo es rápido, Fernando Alonso cuenta con un coche resistente

El monoplaza ha demostrado la fiabilidad que el asturiano echó de menos en Alpine

El buen inicio de temporada de Fernando Alonso no ha estado exento de sustos y problemas. En Aston Martin han dado un paso adelante en las prestaciones de su monoplaza que no se quedan en una mejora que les ha permitido luchar con equipos como Mercedes y Ferrari. En la fábrica de Silverstone han dado forma a un coche fiable y casi «indestructible» después de lo que se ha podido ver en el inicio de la temporada.
Alonso ha conseguido terminar las tres carreras en el podio. En dos de ellas, en Baréin y Australia, el asturiano pudo seguir en pista después de sufrir dos percances que pusieron en riesgo la integridad del vehículo. La temporada estuvo a punto de arrancar de la peor manera posible para el equipo británico: Lance Stroll tocó a Fernando Alonso en la primera curva y le hizo perder dos posiciones. A pesar del susto y del impacto, ninguno de los dos coches sufrieron daños y pudieron continuar con normalidad. El español acabaría tercero y el canadiense, sexto.
Más grave fue el accidente protagonizado por Alonso y Carlos Sainz en Australia. A falta de dos vueltas del final y con una salida relanzada desde la parrilla, los neumáticos fríos provocaron que el de Ferrari se pasase de frenada y chocase contra el Aston Martin. Trompo del asturiano y relegado a la undécima posición que después revertirán los comisarios. Sabiendo que recuperaría la tercera posición, los ingenieros preguntaron por el estado del monoplaza: «Todo perfecto» respondió el piloto.

Fiabilidad técnica

Pero el Aston Martin no solo ha demostrado ser un «tanque» resistente a los golpes. Fernando Alonso ha podido completar los tres primeros grandes premios sin ningún problema mecánico y solo el abandono de Lance Stroll en Arabia Saudí rompe la tónica con un fallo que provocaba «pérdida de potencia» y que obligó a los ingenieros a pedir al canadiense que detuviese el monoplaza.
«Toquemos madera», comentaba Alonso después de su podio en Australia. El asturiano llegó a Aston Martin después de un año complicado en Alpine. La escudería francesa no fue capaz de solucionar los problemas de fiabilidad de su coche y el español se dejó muchos puntos por el camino: se retiró por problemas de motor en Arabia Saudí, Singapur y México, tuvo una avería en Australia cuando luchaba por la pole y terminó último la carrera, y también se vio fuera en Monza y Abu Dabi por un fallo en la presión de agua. «Qué temporada», se lamentaba Alonso en México, «siempre el coche 14», reprochaba a los suyos.
En 2022, mientras Alonso hacía lo que podía en Alpine, Aston Martin ya demostró más garantías. Solo tuvieron problemas de motor en Italia, algo que obligó a Sebastian Vettel a retirarse. El gran premio en Monza fue una pesadilla para los británicos y otro fallo en los frenos también acabó con las aspiraciones de Stroll. El canadiense también tuvo problemas en Bakú y se retiró. Por lo demás, sus monoplazas consiguieron acabar en la mayoría de carreras y solo los accidentes en Austin, Miami y Australia terminaron con los pilotos de verde fuera antes de tiempo.

Los rivales

La temporada 2023 ha comenzado con una gran igualdad entre los equipos punteros. Más allá del dominio de Red Bull, los pilotos de Mercedes, Ferrari y Aston Martin están llamados a luchar por los puestos de honor todos los fines de semana. La fiabilidad de los monoplazas puede ser la clave para decantar la balanza.
Por el momento, los peor parados son los Ferrari. Leclerc se retiró en Baréin con una sucesión de fallos en su centralita y ya ha usado todas las piezas posibles antes de verse obligado a penalizar. Sainz también ha cambiado alguna pieza de su coche y los entrenamientos libres se han convertido en un intento de los técnicos de Maranello de mimar al máximo posible sus monoplazas. Mercedes también ha tenido un primer traspié en Australia con el problema de motor de George Russell que terminó por incendiar el vehículo.
En Red Bull, mientras tanto, no hay problemas que obliguen a retirar los vehículos, pero es frecuente escuchar a sus pilotos quejarse. A pesar del dominio absoluto, Verstappen y Pérez hablan constantemente de «ruidos», «pedales largos» o «bloqueos de neumáticos». Está por ver si se trata de una estrategia para hacer desconfiar al resto, una llamada de atención a los ingenieros o problemas reales que puedan derivar en contratiempos graves más adelante.
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