El jefe de los árbitros planea que los colegiados sean considerados como agentes de autoridad

Uno de los primeros objetivos de Rafael Louzán cuando ganó las elecciones a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en diciembre de 2024 era reformar el Comité Técnico de Árbitros (CTA). Luis Medina Cantalejo era uno de los pocos hombres del Rubialismo que quedaban en la Federación y por eso el gallego buscó la forma de cesarlo e impulsar cambios. Se esperó a que acabara la pasada temporada y comenzó la tarea.

Lo hizo además trayendo un nombre desconocido en el mundo del arbitraje, un outsider que se dice ahora. Francisco Soto Balirac, de 45 años, fue el escogido por el presidente de la RFEF para liderar la reforma del estamento arbitral. Más conocido como Fran Soto, es socio de cuota de uno de los principales despachos de abogados de España, es especialista en asesoramiento tributario y además, fue árbitro (a nivel no profesional) y es delegado del Comité Gallego de Árbitros de Fútbol.

Con ese currículum, Rafael Louzán apostó por él en vez de por algún trencilla del máximo nivel recién retirado, como se había hecho hasta la fecha. Fue su manera de introducir el primer gran cambio y desde entonces la idea de Fran Soto, en cuanto llegó al cargo, fue la de poner patas arriba el CTA y hacer un cambio real. Ahora bien, lo cierto es que en ningún momento convenció a los clubes y menos aún cuando echó a rodar el balón. Las polémicas siguen siendo las mismas.

Ni cambiar la forma de llamar a los árbitros –ahora se hace por su nombre y el primer apellido– ni anunciar las designaciones solo un día antes ni tampoco los vídeos de Tiempo de Revisión comentando las jugadas polémicas. Nada ha servido para que se hable menos de árbitros y más de fútbol porque a la hora de la verdad las polémicas no cesan.

Nuevas medidas de Fran Soto

Sabe por tanto el presidente del CTA que tiene mucho trabajo que hacer todavía. Las primeras medidas que ha tomado no han servido de mucho, de hecho la explicación de los colegiados asumiendo errores y hablando de jugadas polémicas se conoce ya como el «NO-DO» arbitral entre los aficionados. Y es que únicamente se hablan de las jugadas seleccionadas previamente y por ejemplo esta semana, ni una palabra de las acciones que marcaron los partidos de Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid. Todos ellos tuvieron polémica.

Aun así, Fran Soto sigue adelante con sus planes y esta semana ha anunciado que ahora busca erradicar la violencia contra los árbitros en el campo. «Queremos que al árbitro se le considere como un agente de la autoridad, que cualquier agresión sea asimilable a cuando se agrede a un policía. En Francia e Italia ya trabajan con algo parecido. No es fácil ya que para al árbitro se le trate como a un policía se necesita un cambio legislativo». En el CTA consideran este paso fundamental para lograr que el árbitro sea respetado y que deje de ser la parte más vulnerable del mundo del fútbol o del deporte en general.

Así pues, el jefe de los árbitros no está de momento replanteándose las medidas iniciales –que han suscitado polémica– y piensa en continuar con su plan. Insiste en que el arbitraje español goza de buena salud y el futuro está garantizado. «Hace unos años, la falta de árbitros era un problema. A día de hoy ya no lo es por cada vez hay más jóvenes que quieren ser árbitro. Los jóvenes ven que protocolos como el de erradicar la violencia verbal hacia el árbitro funcionan», concluyó.