Fundado en 1910

Xabi Alonso, en el Real Madrid - Manchester CityAFP

Xabi Alonso y sus jugadores señalan el partido de Vitoria como el inicio del cambio

La cocina blanca de Valdebebas echa humo. Xabi Alonso vive el más difícil todavía. Una frase mágica del circo. Decíamos que si Alonso pone un circo le crecen los enanos. Lo que no esperaba es que la mayor estrella del espectáculo no pudiera participar. Mbappé no pudo competir con Haaland. Quizá hoy estaríamos hablando de otra cosa. El guipuzcoano no tiene suerte. Su guardia pretoriana quiere buscar esa fortuna que se merece.

Carvajal, Bellingham, Tchouaméni, Rodrygo, Rüdiger, Carreras, Huijsen, Militao, Asencio, todos ellos piensan que Xabi no es merecedor de este fusilamiento. Analizan que si Mbappé y algún otro lesionado hubiera estado frente al City el resultado sería distinto. El equipo reaccionó, hizo un buen primer tiempo, rondó el empate en el tercio final y dos errores defensivos y la falta de pegada decantaron el marcador. La pegada estaba sentada en la banda y se llama Kylian.

La propia cúpula del club ha tenido «paciencia» porque sabe que las ocho bajas eran letales y la ausencia del número uno del mundo marcó el encuentro. Haaland lo dijo. Les benefició que el francés estuviera en el banquillo. No hubo combate de los gallos del gol. Varios líderes de la plantilla están de acuerdo con el preparador: la reacción vivida frente al City debe suponer un punto de inflexión que pretenden confirmar en Vitoria. Saben que todos se juegan el futuro frente al Alavés. No es una frase baladí. Es verdad.

El primero que se lo juega es el míster, está claro, pero la afición piensa que la mayor parte de la culpa es de los futbolistas y muchos de ellos saben que si cae el entrenador inmediatamente después van a ir a por ellos.

En la cocina se habla con la sensación de alerta máxima. Deben estar todos unidos porque la diana a la que apunta el madridismo sociológico ya es general, no se circunscribe al preparador y se extiende a media docena de jugadores. El cuento manido de cambiar de jefe de los entrenamientos como solución sencilla ya no es suficiente. Ya no cuela. Por ello, los pupilos de Xabier anhelan revertir estos sentimientos de los seguidores y para ello necesitan vencer y convencer.

El madridismo señala a los jugadores

Hay un dato elocuente que surge en todas las encuestas realizadas al madridismo de calle. Dos de cada tres aficionados dicen que la culpa es de los futbolistas. El 65 por ciento de los encuestados señala al equipo.

Es una tendencia que acusa con el dedo a cierto grupo de futbolistas y que comenzó a palparse tras el empate de Vallecas, para consolidarse después de los puntos perdidos en Elche y Gerona. Las derrotas sufridas ante Celta y City en el Bernabéu han reafirmado con cemento armado esa opinión del 'pueblo blanco'. El seguidor siente que las brillantes victorias ante el Barcelona, el Olympiakos y el Athletic no tienen continuidad y se decepciona.

Después de perder ante Guardiola, en caliente, el sentimiento de los madridistas es el mismo. No centran su lamento en el técnico. Sintomático. Dos de cada tres culpan a los futbolistas y uno de cada tres señala el entrenador por no imponerse a los jugadores y plegarse a ellos. Cuidado, es la sensación popular. El plantel debe eliminar de raíz estos pensamientos externos con rendimiento y eficacia.

Xabi Alonso está en una situación comprometida en el Real MadridAFP7 vía Europa Press

Los profesionales de Valdebebas vaticinan una necesidad indiscutible: hay que ganar para reconducir esa tendencia de opinión y salir del objetivo de la diana. Si este equipo diezmado vence en Vitoria todo cambia. Si triunfa en las gélidas tierras alavesas con esta plaga de lesiones puede coger velocidad de crucero. Si sacan los tres puntos pueden acabar con esta situación constante de poner a su jefe en el disparadero público y privado.

Lamenta este sector fuerte del plantel que todo se ha vuelto en contra del entrenador, de su entrenador. Falta la estrella, que tampoco estará en Vitoria. Faltan seis defensas y falta Camavinga. Ahora viven una dicotomía de juicios de valor que se emiten por todos los sitios y que ellos desean cambiar. Quieren revolucionar el 'estado de la nación blanca'.

Se expande por los medios que el transcurrir de Alonso es una lenta agonía hasta el siguiente tropiezo. Oyen que puede ser relevado en Navidad. Los futbolistas pelearán hasta el final por revolucionar toda esa sensación popular.

La Supercopa de España

Lo decimos claramente. Los pupilos de Xabi van a luchar por asegurar la continuidad del técnico, aunque se sientan perjudicados ostensiblemente por esas ocho ausencias. Y esa meta pasa por vencer al Alavés, al Talavera, al Sevilla y al Betis, para acudir a la Supercopa de España que se disputa en Arabia con toda la confianza que ahora pretenden cimentar.

Los futbolistas desean potenciar la fe en sí mismos y en el preparador. ¿Y eso cómo se consigue? El reto es ganar esos cuatro encuentros en España y medirse al Atlético de Madrid en Arabia sin esta sensación de crisis y con todas las garantías de volver a ser lo que han sido históricamente. Quieren llegar a Arabia con Alonso y con la recuperación de todo el crédito en el equipo. «Ojalá», decía un profesional del club en Valdebebas. Quieren cambiar todo el estado actual de la situación.