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01 de mayo de 2024

José María Rotellar

Las reformas del Gobierno y el retroceso de España

Podemos establecer algunas relaciones entre las actuaciones económicas seguidas por el Gobierno y una serie de resultados

Actualizada 08:45

En economía, concretamente en el área de estadística y econometría, se realizan muchas regresiones y se estudian muchas correlaciones entre distintas variables que se estén analizando, con objeto de poder ver la relación entre las mismas y medir los efectos económicos que puedan tener.
De esta forma, el principal objetivo que se busca es la explicación y, si procede, predicción de una variable dependiente o endógena –variable a explicar– con otras variables independientes o exógenas –variables explicativas–. Así, se intenta explicar el comportamiento de una variable endógena en función de ciertas variables exógenas. Por ejemplo, podemos tratar de explicar el desarrollo de una sociedad a través del ahorro e inversión que atesora, la formación de su población o la seguridad de su ordenamiento jurídico.
Para no errar, es importante distinguir entre dos términos: causalidad y casualidad de las relaciones. Por un lado, la causalidad establece una relación, directa o inversa, entre dos variables, que nos viene a decir que si pasa A, entonces, sucede B. De la misma manera, las relaciones de casualidad son relaciones que pueden darse entre dos variables de manera simultánea, pero que la endógena no depende de la exógena. Es decir, pasa A, pasa B, pero que suceda A no depende de que suceda B, o A no sucede por el hecho de que suceda B.
Por ejemplo, podemos establecer algunas relaciones entre las actuaciones económicas seguidas por el Gobierno y una serie de resultados:
  • Durante los últimos cinco años y medio, el Gobierno no ha realizado ninguna reforma estructural que permitiese agilizar la economía. Por otra parte, en esos cinco años y medio España ha retrocedido en su posición en PIB per cápita en paridad del compra respecto de la media europea. Hay una clara relación de causalidad.
  • El Gobierno cambió la normativa laboral para eliminar la práctica totalidad de empleos a tiempo parcial y hacerlos fijos-discontinuos. Por otra parte, ha aumentado el número de fijos-discontinuos y del número de contratos indefinidos de una persona en un mismo mes. Hay una relación de causalidad.
  • Al convertirlos obligatoriamente en fijos-discontinuos, la normativa no los computa como parados. Por otra parte, hay unos cientos de miles de personas que dejan de trabajar y son contabilizados como demandantes de empleo ocupados, sin aumentar las listas del paro. Hay una relación de causalidad.
  • Los ingresos en 2022 se incrementaron en más de 30.000 millones de euros. En dicho año, el crecimiento de la inflación fue exponencial. Hay una relación de causalidad.
  • Con ello, el gobierno aumentó el gasto estructural. Por otra parte, el déficit sobre el PIB debería haber mejorado 2,3 puntos con dicha recaudación adicional, pero lo hizo sólo dos décimas sobre el objetivo inicial. Hay una relación de causalidad.
  • El Gobierno ha incrementado el gasto en más de 70.000 millones de euros desde 2018. Del mismo modo, el déficit público es persistente y no se elimina. Hay una relación de causalidad.
  • El Gobierno, con ello, encadena déficit tras déficit cada año. Por otra parte, la deuda pública ha subido en alrededor de 400.000 millones desde entonces. Hay una relación de causalidad.
  • El Gobierno ha introducido nuevos impuestos a las empresas, como, por ejemplo, las energéticas, creando un clima hostil a la actividad empresarial. Por otra parte, algunas empresas, como Ferrovial, se marchan. Hay una relación de causalidad.
  • Ese constante acoso a las empresas con cambios normativos, genera inseguridad jurídica. Por otra parte, la inversión extranjera empieza a caer y se ralentiza la inversión global, que cae en contabilidad nacional. Hay una relación de causalidad.
  • El Gobierno sube impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social. Por otra parte, la productividad cae y los costes laborales suben. Hay una relación de causalidad.
  • El Gobierno propone condonar 15.000 millones de euros de la deuda de Cataluña. ERC y Junts apoyan la investidura de Sánchez. Hay una relación de causalidad.
  • El Gobierno lucha para que Calviño logre la presidencia del BEI, sacrificando, para ello, cualquier otro objetivo de interés para España. Por otra parte, Madrid pierde la sede de la Agencia Europea contra el blanqueo de capitales. Hay una relación de causalidad.
Son todos ellos, ejemplos de causalidad. Si, por ejemplo, España ganase un mundial de fútbol y la economía española creciese, simultáneamente, a doble dígito, más allá de un insignificante efecto en la economía por la celebración de un par de días, se daría una relación de casualidad.
Sin embargo, hay dos relaciones con contenido económico para las que no tenemos datos e información suficientes para poder determinar si la relación es de causalidad o de casualidad:
  • El teléfono del presidente del Gobierno es espiado, extrayéndole información. Por otra parte, el Gobierno acumula varios cientos de millones de euros en préstamos y subvenciones a Marruecos, desde ayudas a la agricultura, a electricidad más barata, pasando por equipamientos diversos. ¿Causalidad o casualidad?
  • Una supuesta trama delictiva, encabezada supuestamente por Koldo García Izaguirre, obtiene múltiples y cuantiosos contratos supuestamente fraudulentos por venta de mascarillas durante la pandemia, donde la investigación supone que pudo haber corrupción, mientras morían muchas personas. Simultáneamente en aquellos momentos, el Gobierno hace obligatorio el uso de mascarillas sin informes técnicos que lo respaldasen según ha reconocido Sanidad por escrito a la Audiencia Nacional hace unos días. ¿Causalidad o casualidad?
Me gustaría creer que no es más que mera casualidad, porque lo contrario sería horrible.
  • José María Rotellar es profesor de economía y director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria
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