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20 de mayo de 2024

Sede de Grifols en Barcelona.

Sede de Grifols en BarcelonaDavid Zorrakino / Europa Press

Grifols recibe a su nuevo CEO valiendo un 44 % menos que antes del primer mordisco de Gotham Research

Nacho Abia asume el cargo de consejero delegado en un paso para desvincular a la familia de la compañía

Grifols consuma el relevo de su consejero delegado con un recorte de su cotización superior al 44 % en solo tres meses. Nacho Abia asume este lunes el cargo de consejero delegado con el evidente reto de devolver la credibilidad a la compañía para recuperar la confianza de los inversores, después de que la empresa se haya dejado más de 4.000 millones de valoración bursátil en lo que va de año.
El nuevo CEO puede presumir de una amplia experiencia en el sector, donde cuenta con 25 años de experiencia. Entre sus últimos cargos destaca su paso como responsable de estrategia de la japonesa Olympus, compañía por la que ha ocupado diferentes cargos tras iniciar su carrera profesional en Sony.
La llegada de Abia se enmarca en un proceso de desvinculación de la familia Grifols de los órganos de gobernanza de la farmacéutica catalana, después de que Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu dejaran en febrero sus cargos ejecutivos, mientras que Thomas Glanzmann permanecerá como presidente ejecutivo.
Una de las acusaciones de Gotham City Research, la firma de análisis que puso en jaque a Grifols el pasado 9 de enero al afirmar que su verdadero valor contable «es cero», era que existían vínculos irregulares entre Scranton, el vehículo inversor de la familia, y Grifols, como la consolidación de la farmacéutica alemana Haema, adquirida en 2018.

«Deficiencias relevantes»

La compañía ha negado haber cometido «prácticas contables erróneas». Aunque la semana pasada la CNMV detectó «deficiencias relevantes» en sus cuentas, también afirmó que no ha encontrado «evidencias que permitan concluir que el endeudamiento financiero reflejado por Grifols en sus estados financieros anuales no se corresponda con la realidad».
El elevado pasivo de la compañía, superior a los 9000 millones de euros, es otro de los retos que deberá afrontar Abia. Sus primeros deberes, sin embargo, serán cumplir con la solicitud de la CNMV de detallar el Ebitda y las deudas financieras netas para facilitar que los inversores calculen el apalancamiento.
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