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01 de mayo de 2024

José María Rotellar

Economía: realidad frente a la ciencia ficción del Gobierno

Mienten cuando dicen que la economía va como una moto y, realmente, es empujada por el gasto público, porque la gasolina productiva se ha esfumado por la política económica de gobierno.

Actualizada 04:30

El Gobierno, a través del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha seguido con su discurso triunfalista a partir de los datos de revisión del PIB (Contabilidad Nacional Trimestral del IVTR-2023: principales agregados), que no arroja nada nuevo, pero que lo han empleado como palanca para decir que la economía evoluciona de manera muy favorable.
Los datos económicos les permiten, en parte, lucir una supuesta bonanza, pero no va más allá del barniz de estos, pues su contenido, realmente, dibujan una realidad bien distinta, donde el sistema productivo privado está en retroceso ante el incremento, cada vez más notable, del sector público, que alimenta el gasto para tratar de sostener una economía que por sí misma no puede hacerlo, ya que la política económica aplicada la ha dejado muy maltrecha.

Los datos económicos les permiten, en parte, lucir una supuesta bonanza

De esta forma, frente al discurso oficial del Gobierno, que traza un comportamiento de la economía de ciencia ficción, nos encontramos con la cruda realidad de la evolución económica, que es la siguiente:
  • El crecimiento del que presume el Gobierno es endeble y artificial, dopado por el gasto público, que expulsa al crecimiento productivo, como se ve con el consumo y la inversión. Las expectativas empeoran y eso hace que la inversión se retraiga, actuando como indicador adelantado de lo que parece que se vislumbra en el futuro.​
  • El empleo no se crea, sino que se reparte, como se ve con las horas trabajadas. Mientras tanto, tenemos la tasa de paro y de paro juvenil más altas de Europa. Por otra parte, hay más de 700.000 fijos-discontinuos en el paro que no se contabilizan como parados.
  • Crecen los costes laborales y cae la productividad, mientras suben los impuestos, que asfixia a las empresas y hace que sean menos competitivas, perdiendo mercados, actividad y empleo.
  • La deuda pública no deja de crecer y se acerca a los 1,6 billones de euros. Su reducción sobre el PIB es mero efecto del PIB nominal, empujado por la inflación.
  • El déficit sobre el PIB se reduce por el efecto de la inflación en los ingresos y en el PIB nominal, porque el gobierno sigue aumentando el gasto.
  • La propia Comisión Europea dice que los esfuerzos de reducción del déficit son insuficientes y le preocupa el crecimiento del déficit estructural.
  • El gobierno no presenta PGE y somete a España a una deriva de gasto poco comprometida con la estabilidad presupuestaria.
  • Se produce una intromisión en el mercado con la entrada en Telefónica, que supondrá más deuda para los ciudadanos.
  • La inseguridad jurídica del gobierno ahuyenta las inversiones, con desplome de la inversión extranjera.
  • Los impuestos a banca y energéticas les hacen replantearse nuevas inversiones en España.
  • La inflación no sólo no desciende, sino que acelera su crecimiento interanual, con un fuerte incremento en términos mensuales, de casi un punto porcentual. La pérdida de poder adquisitivo de los agentes económicos es notable, pues se acelera el crecimiento de los precios después de más de año y medio con niveles de precios muy elevados.
Ésta es la realidad de la economía española, por mucho que el gobierno nos venda su economía de ciencia ficción. Ya mintieron cuando dijeron que crearían 800.000 puestos de trabajo y dejaron más de 3 millones de parados. Mintieron cuando Zapatero dijo que superábamos a Italia en PIB per cápita y que enseguida superaríamos a Francia, y retrocedimos con una caída a plomo, mientras negaban la crisis, como hizo Solbes ante Pizarro, y ocultaban el déficit real, que fue más de un tercio superior al comunicado en el traspaso de poderes en diciembre de 2011. Y mienten ahora, cuando dicen que la economía va como una moto y, realmente, es empujada por el gasto público, porque la gasolina productiva se ha esfumado por la política económica de gobierno.
  • José María Rotellar es profesor y director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria
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