
Instalaciones de Berkeley en Retortillo (Salamanca)
Sin depender de Rusia
El uranio salmantino que no existe para Sánchez cubriría durante 20 años las necesidades de las nucleares españolas
La minera Berkeley reclama mil millones a España por bloquear la extracción, en un arbitraje que dará los primeros pasos este mes de mayo
Las palabras de Pedro Sánchez este jueves en el Congreso negando que España tuviera reservas de uranio sorprendieron especialmente en varios municipios de Salamanca y el sur de Lugo. Allí hay tanto que los contadores dosímetros arrojan lecturas de radiación solo con examinar a quienes comen de los huertos locales, sin que ello suponga peligro alguno. De hecho, la industria nuclear es tan importante que Enusa, la antigua Empresa Nuclear del Uranio, supone el 30 % del PIB de la provincia.
La actual Enusa Industrias Avanzadas mantiene en Juzbado una importante planta de procesamiento, con espacios habilitados en su día también para procesar el mineral extraído. España alberga, según el Libro Rojo de la Agencia para la Energía Nuclear, 34.400 toneladas de uranio, equivalentes a 89 millones de libras de U308.
Es suficiente para alimentar los siete reactores españoles durante al menos 18 años, o incluso más, según fuentes del sector, y supone una de las principales reservas de este mineral de toda Europa. Pese a ello, el pasado miércoles Sánchez primero aseguró que España «carece de uranio, por lo que se ve obligado a importarlo de Rusia». Después, cuestionado al respecto por varios parlamentarios, precisó que su explotación «tendría un coste económico, social y medioambiental inasumible».
En España hubo de hecho explotación minera del uranio desde la década de los 60 hasta el año 2000. Fue entonces cuando Enusa clausuró la mina de Saelices el Chico, dado que sus costes de producción eran, según la Sociedad Nuclear Española (SNE), un 30 % superiores a los precios del mercado.

Planta de Enusa en Juzbado
El 86 % del uranio procede de la órbita rusa
El 100 % de los derechos mineros están actualmente en manos de la compañía australiana Berkeley, que lleva casi una década tratando de explotarlo. La compañía defiende, en sus comunicaciones a la CNMV, que el renacer nuclear a nivel mundial hace que la explotación de uranio tenga buenas perspectivas económicas.
Según la Agencia Internacional de la Energía, el inicio de la construcción de centrales nucleares creció un 50 % en 2024. En paralelo, la UE acaba además de prohibir los nuevos contratos para importar uranio ruso. En 2023, según datos de Enusa, España importó el 6,3 % del uranio consumido de Rusia, pero hasta el 86 % procede de países que están bajo la órbita de Putin, como Kazajistán o Uzbekistán.
El Ejecutivo de Sánchez, sin embargo, mantiene bloqueada desde abril de 2021 la investigación y explotación de materiales radioactivos, a través de una enmienda a la Ley de Cambio Climático. Por este motivo Berkeley denunció a España el año pasado ante el CIADI, el tribunal internacional de arbitraje.
Como ya informó El Debate la compañía reclama 1.000 millones a España, a la que acusa de «violar la Carta de la Energía» por impedir la explotación minera. Se trata de una de las mayores reclamaciones de estas características afrontada por España desde la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero.
La compañía, que ha evitado hacer comentarios a preguntas de este periódico, prevé en su último informe trimestral que este mismo mes de mayo se constituya el tribunal y celebre su primera sesión para valorar la disputa.