
Un vecino de Elche camina con una linterna durante el apagón eléctrico.
La falta de pruebas de ciberataque consolida la teoría de la indigestión de renovables dos semanas después del apagón
El organismo europeo al cargo constata la desaparición de 2,2 GW en el sur de España y Portugal apunta a «problemas de gestión del sistema y de la red»
La presidenta de la CNMC y la ministra Aagesen comparecen martes y miércoles en el Congreso
Paloma Martín (PP): «El Gobierno conocía desde hace tiempo el riesgo de apagón y lo negó»
Catorce días después del apagón que fundió a negro la Península ibérica las investigaciones oficiales siguen sin haber encontrado pruebas sobre las causas ni de las oscilaciones previas que sacudieron a la red eléctrica ni de la desconexión masiva que sumió la red eléctrica en un inédito ‘cero total’.
En este escenario, la hipótesis del ciberataque que el Ejecutivo se ha negado a descartar no ha sido respaldada, hasta el momento, por ningún indicio. Mientras, los expertos y los primeros análisis convergen en resaltar la gran dificultad que supone gestionar un sistema con un peso tan elevado de la energía fotovoltaica y la eólica como el que se registraba antes del apagón y durante los días previos.
En su primer informe ENTSO-e, la organización europea de empresas gestoras de redes eléctricas –que integra a Redeia, antigua Red Eléctrica Española– ha constatado que a las 12.32.57 y en los veinte segundos siguientes se desconectaron 2,2 GW de generación en el sur de España. «Como consecuencia de estos eventos, la frecuencia disminuyó y se observó un aumento de la tensión en España y Portugal», destaca.
Esta desconexión habría hecho descender la frecuencia del sistema eléctrico en la Península Ibérica hasta los 48 hercios, activando el deslastre automático en España y Portugal –la desconexión automática de las plantas de generación para evitar daños– y los planes de defensa contra el mismo, que se demostraron insuficientes.
A las 12.33.21 las líneas de conexión entre Francia y España fueron desconectadas por los dispositivos de protección contra la pérdida de sincronismo, y solo tres segundos después el sistema eléctrico ibérico colapsaba por completo, según la cronología de ENTSO-e.
Elevado peso de la generación solar
Precisamente numerosos expertos han puesto el foco en los últimos días en el elevado peso de generación solar, que llegó a cubrir el 60 % de la demanda minutos antes del apagón. No porque su uso sea negativo –de hecho, permite unos precios muy inferiores a los de las tecnologías convencionales– sino por las particularidades de esta tecnología, que no genera electricidad mediante la técnica convencional de hacer rotar grandes turbinas metálicas de cientos de toneladas. Son por tanto menos confiables a la hora de dotar de estabilidad al sistema eléctrico.
En el momento del ‘cero’, la participación de la energía nuclear –con tres de siete reactores parados, y no todos al 100 %– y los ciclos combinados en la generación era muy minoritario. Tras el apagón, el gas llegó a disparar su aportación a la generación hasta el 48 %.
Mientras que el uso de energía fotovoltaica y eólica –que tampoco es síncrona– se ha multiplicado en los últimos años en España, no ha ido parejo ni el desarrollo de la red de distribución ni el de los sistemas de almacenamiento, algo de lo que han advertido tanto la propia Redeia como su anterior presidente, Jordi Sevilla, ex ministro con José Luis Rodríguez Zapatero, y también varios expertos consultados por este periódico.
A ello apuntaba también la ministra portuguesa de Medio Ambiente y Energía, Maria da Graça Carvalho, quien en una entrevista con Efe apuntaba «a una cuestión de resiliencia de la red, de control de potencia y de cantidad de almacenamiento». «Puede ser una cuestión de equilibrio entre energías más intermitentes y no intermitentes -añadía-, pero tenemos energías renovables no intermitentes, como la hidroeléctrica», que Portugal está usando «mucho» en estos momentos.
Dos períodos de oscilaciones
El informe preliminar de ENTSO-e, publicado el viernes por la tarde, advierte que durante la media hora previa al apagón se observaron dos periodos de oscilaciones en Europa continental, entre las 12.03 y las 12.07 y las 12.19 y las 12.21. En el momento del incidente no se registraron oscilaciones y las variables del sistema eléctrico se encontraban dentro del rango de operación normal.
Según la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, estas dos oscilaciones indican que las causas del apagón son «enormemente complejas». Como trasladó en una entrevista publicada este domingo por eldiario.es, «todas las hipótesis permanecen abiertas».
Este martes está previsto que Aagesen comparezca en el pleno del congreso, cuando se producirán también las primeras votaciones sobre el suceso. Un día antes, el martes, comparecerá la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, para dar cuenta de la información de la que dispone, a petición de PP y Vox.