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José María Rotellar

El populismo llega a la opa de BBVA y Sabadell: es un error, pero no por lo que dice el Gobierno

La consulta pública no es más que una manera de querer quitarse responsabilidades de encima ante la decisión que adopte el Ejecutivo, desistiendo de su responsabilidad y sumergiendo a España en una deriva populista y demagoga que se acrecienta por momentos

Actualizada 04:30

Hace unos días, la CNMC dio su visto bueno a la opa hostil del BBVA sobre el Sabadell. Desde entonces, el Gobierno contaba con dos semanas para decidir si la eleva a Consejo de Ministros y dirimir sobre la misma.

El presidente Sánchez anunció que, antes de ello, abriría una consulta pública con agentes sociales y ciudadanos para recabar su opinión sobre la conveniencia o no de aprobar la operación, cosa que ya ha hecho. Esto es inaudito. Quienes tienen que decidir son los órganos competentes (CNMC, CNMV) y el Gobierno, y deben hacerlo basándose en aspectos técnicos, bien fundados, que soporten las decisiones que toman al respeto. Todo ello, está claramente regulado, con los pasos a seguir.

Lo que no puede suceder, en ningún caso, es que la decisión sea sometida a la opinión de quienes no tienen ni competencia para ello ni criterio técnico para poder evaluar la potencial operación. Esa consulta pública no es más que una manera de querer quitarse responsabilidades de encima ante la decisión que adopte el Ejecutivo, desistiendo de su responsabilidad y sumergiendo a España en una deriva populista y demagoga que se acrecienta por momentos. No es de recibo que la vicepresidente Díaz diga que la opa no puede salir porque no le gusta, sin más argumentos, ni que el Gobierno ahora realice una consulta pública, ni que los consejeros de cada color en las distintas instituciones voten en función de lo que les diga la formación que los ha propuesto.

Yo creo que la operación de la opa hostil del BBVA sobre el Sabadell es un error del BBVA y que no sería positivo que saliese adelante, pero no por los argumentos que esgrimen algunos miembros del Gobierno, que no tienen base, ni por el populismo que envuelve el último anuncio de consulta pública por parte del presidente del Gobierno.

La opa hostil de BBVA es un error, pero no por los argumentos que esgrime el Gobierno

Hace poco más de una década, había decenas de entidades financieras en España. Tras las fusiones, los SIP de las cajas y la salida del mercado español, porque no terminaron de encontrar su nicho, de las entidades extranjeras en cuanto a banca comercial se refiere, y la resolución del Banco Popular, adquirido por el Banco de Santander por un euro, que terminó de concentrar la banca en España, el número de entidades ha quedado reducido a una parte muy pequeña en comparación con las de hace veinte o cuarenta años.

Por un lado, es cierto que a muchas entidades les ha podido dar capacidad para crecer inorgánicamente y acometer, así, la penetración en mercados internacionales, y que se alcanzaría, con la OPA, una potencial mayor sinergia de costes, como elementos positivos, pero, por otra parte, la concentración llega a cotas muy altas, donde la competencia se reduce de manera significativa, pudiendo perjudicar a los consumidores.

Ahora, con la opa hostil de BBVA al Sabadell, no sólo puede restringirse aún más la competencia si sale adelante, sino que la restringiría muchísimo en el segmento de pymes y autónomos, donde trabajan con tres o cuatro entidades, tienen un trato muy directo con el gestor y no pueden tener muchas más fuentes de financiación, por las características de su tamaño y negocio. Todo ello, puede afectar seriamente al crédito, tanto en el acceso al mismo como en su coste, pero, sobre todo, en lo primero, pues para una pyme es esencial contar en muchos casos con ágiles líneas de tesorería, pues su capacidad para negociar con los clientes y proveedores no es tanta y suele pagar antes de lo que cobra.

Por eso, la opa del BBVA sobre el Sabadell cuenta con el problema de que pueda ser poco atractiva para el accionista del Sabadell, donde la ecuación de canje se le complica a BBVA y la prima es negativa ahora o poco atractiva en el mejor de los casos; también constituye un problema la potencial restricción a la competencia y el posible perjuicio que sufra un segmento tan importante en la economía española como es el de las pymes y autónomos, que representan más del 95 % del tejido productivo, con lo que dicha opa parece tener más inconvenientes que elementos positivos, a mi juicio, pero ello debe estar basado en solidos análisis y en argumentos como los expuestos, de pros y contras, pero no en populismo.

Los accionistas de Sabadell decidirán libremente qué les conviene; los del BBVA valorarán si su consejo ha tomado o no una decisión correcta, pero para que avance o no, quienes deben decidir al respecto son los organismos correspondientes, entre ellos, el Gobierno, con criterios técnicos que señalen ventajas e inconvenientes, como he expuesto antes, y no trufar la economía española de inseguridad jurídica derivada del populismo, que es lo que el Gobierno hace con esta insólita decisión, llenando la economía española de populismo hasta en la OPA. Que decidan lo que consideren conveniente, pero basado en criterios técnicos y sólidos, y no en una decisión asamblearia carente de garantías en cuanto a conocimiento y competencia para ello.

  • José María Rotellar es profesor de Economía y director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria.
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