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Jordi Benítez
La semana económicaJordi Benítez

La deuda de Escribano y el posible conflicto de interés frenan su operación con Indra

Consejeros de Indra se negaron a asumir una deuda de Escribano que consideraban elevada, y especialistas en Mercantil no ven claro que se pueda comprar la empresa familiar

Madrid

El presidente de Indra Group, Ángel Escribano, durante una rueda de prensa

El presidente de Indra y fundador de Escribano, Ángel Escribano, durante una rueda de prensa.Europa Press

Fuentes conocedoras de la operación no tienen ningunda duda de que Indra acabará comprando Escribano, el fabricante de estaciones de armas para blindados y barcos de guerra nacido en Coslada. Tiene sentido incorporarla dentro de su estrategia para convertirse en una de las grandes empresas de defensa europeas.

Aunque estaba claro que la posibilidad iba a surgir en algún momento, no llegó a hablarse de ella de manera más concreta hasta finales de abril, como contábamos en este artículo. Si hasta estos días no se ha acelerado el cierre de las conversaciones ha sido por dos motivos: la deuda de Escribano, que consejeros de Indra consideraban elevada y se negaban a que el comprador asumiera por completo, como llegó a plantearse -a cierre de 2024 debía 135 millones a proveedores y acumulaba una deuda financiera de 68 millones de euros-; y el posible conflicto de interés. Expertos en Derecho Mercantil no ven claro que una empresa (Indra) pueda comprar por nada menos que unos 1.000-1.500 millones de euros una compañía que fundó su actual presidente (Ángel Escribano) y que ahora dirige su hermano (Javier Escribano). Escribano es hoy el segundo accionista de Indra, con el 14,3 % de las acciones, tan solo por detrás de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que tiene el 28 %. Tanto Ángel como Javier se sientan en el consejo de administración. En Indra aseguran que ni participan en las conversaciones ni votarán la decisión.

Las primeras cifras hablan de una compra de unos 1.000 millones de euros

Aun así, todo apunta a que la operación se llevará a cabo. La mayoría del consejo de administración está de acuerdo: SEPI, que es el principal accionista y que tiene tres representantes; Amber Capital, el fondo de Joseph Oughourlian, el presidente del Grupo Prisa, que tiene un representante; el consejero delegado, José Vicente de los Mozos, y en principio los dos nuevos consejeros independientes, que llegaron cuando ya se sabía del interés en Escribano. Sumarían siete síes en un consejo de administración de trece miembros.

Accionistas como Oughourlian ven la operación con muy buenos ojos. Por un lado, porque considera que de este modo la compañía apuesta de verdad por el sector de la defensa después de unos años en los que solo se movían los franceses y los alemanes. Afirma que el nuevo presidente va a toda velocidad y piensa que va a hacerlo bien. Por otra parte, aunque no lo diga, la absorción de Escribano y la creación de una nueva entidad llevaría consigo previsiblemente la dilución de la participación de la SEPI, algo con lo que siempre ha estado de acuerdo.

Bancos de inversión como Renta 4 también verían bien la operación: «Indra necesita aumentar su capacidad industrial para adjudicarse nuevos contratos de Defensa y participar en nuevos programas europeos ante el fuerte aumento previsto del gasto en Defensa en España y del resto de países de la OTAN. Creemos que la compra de EM&E Group (Escribano) es una buena opción tras la negativa de General Dynamics de vender Santa Bárbara, un grupo sobre el que Indra habría mostrado interés con el objetivo de avanzar en su propósito de crear un gran grupo de Defensa», indican. «Vemos muy probable que esta operación se cierre dada la estructura accionarial de Indra, la gran vinculación de los hermanos Escribano en Indra y el interés generalizado por dotar a Indra de una mayor estructura. Nuestra principal preocupación estaría en el cumplimiento de criterios de gobernanza», añaden.

Oughourlian está a favor de que se compre Escribano y se diluya la participación de la SEPI

La acción de Indra no respondió bien el día que se anunció por primera vez el interés en comprar Escribano, el 25 de mayo. Cayó un 4 %, casi lo mismo que el jueves, pero es un espejismo. Desde que Ángel Escribano llegó a la presidencia el 20 de enero, el precio de la acción ha escalado de 18,5 euros a 38,10 euros. Es la acción que más ha subido del Ibex en lo que va de año: en torno a un 120 %.

A margen de la deuda, la evolución de Escribano ha sido espectacular. En 2018 facturaba 51 millones de euros, ganaba 11 millones y tenía 300 empleados. En 2024 cerraba en 355 millones de euros de facturación, 112,5 millones de beneficio y más de 1.000 empleados, con unos pedidos por valor de 1.200 millones de euros, unas cifras mucho más altas de las que el propio Ángel Escribano esperaba alcanzar, según nos contaba él mismo en esta entrevista. En ella hablaba de terminar el año en 225 millones de ingresos y 13 millones de beneficios. La gran cantidad de contratos públicos recibidos ha disparado la cifra.

La compra de Escribano, por otra parte, llevará a Indra a poder fabricar armamento, una posibilidad que no estaba contemplada en sus estatutos. Parece un cambio curioso para una empresa cuyo mayor accionista es el Estado en un país donde el actual presidente del Gobierno se presenta como el gran abanderado de la paz. La decisión sobre la compra se abordará en el próximo consejo. Si no hay convocatorias extraordinarias, será el próximo 23 de julio.

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