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Análisis económicoJosé Ramón Riera

España va bien... según el Excel de Moncloa

El Gobierno ha convertido la economía en un espectáculo de ilusionismo

Hay algo casi poético en la forma en que el Gobierno presenta los datos económicos: una mezcla de contabilidad creativa, optimismo desbordado y silencios estratégicos. Porque sí, el PIB crece un 0,7 % en términos reales. ¿Y eso qué significa para ti? Absolutamente nada. Pero no te preocupes: en las ruedas de prensa te lo venden como si estuviéramos a las puertas de una nueva edad dorada.

La Moncloa ha convertido el PIB en su tótem sagrado. Lo agitan como bandera de victoria mientras el resto de indicadores –los que afectan a tu bolsillo, tu consumo y tu calidad de vida– se esconden bajo la alfombra. Hoy vamos a levantar esa alfombra.

Empecemos por la Formación Bruta de Capital (FBC), que mide la inversión. En términos corrientes cae un 0,1 %. Pero, tras pasar por la brocha mágica de la inflación, en términos reales «crece» un 2,5 %. ¿Cómo lo hacen? Fácil: aplican el corrector de precios y convierten una caída en una subida. Es como si te bajaran el sueldo y te dijeran que ahora vale más porque el pan cuesta menos.

Las exportaciones de bienes son otro ejemplo. Han bajado un 1,5 % en términos corrientes. Sí, bajado. Pero gracias al filtro de la inflación, en términos reales «suben» un 1,5 %. ¿Cómo? Alegando que los precios han bajado y presentándolo como crecimiento. Es el truco clásico del ilusionista económico: te enseñan la mano vacía y te hacen creer que hay un conejo.

Este tipo de contabilidad convierte una caída en una victoria. Es como si te dijeran que has perdido peso porque la báscula está mal calibrada. ¿La cifra nominal? Mala. ¿La cifra real? Buena. ¿La interpretación oficial? Triunfal.

Vayamos ahora a los datos que he preparado, porque lo anterior casi nadie lo revisa y solo circula el discurso oficial. Lo que sigue quizás llegue más a tu bolsillo que a tu cabeza.

El PIB nominal crece un 2,7 % en el primer semestre de 2025 respecto al segundo de 2024. Pero si descontamos la inflación, nos dicen que el PIB real sube un 1,3 %. La inflación en esos seis meses ha sido del 2,1 %. ¿La resta entre 2,7 y 2,1 da 1,3? No en el sistema decimal, pero sí en el Excel de la Moncloa.

Y si ese PIB real lo dividimos entre todos los españoles, el resultado es aún más modesto: el PIB per cápita sube apenas un 0,4 %. En números, pasamos de 16.630 euros en el último semestre de 2024 a 16.690 euros en este. Es decir, 60 euros más en seis meses. Para invitar a un amigo a una comida… y poco más.

Hay un indicador clave que nadie menciona: el Consumo Individual Efectivo (AIC, por sus siglas en inglés). Mide el valor de los bienes y servicios realmente consumidos por los hogares, incluyendo tanto el gasto directo como los servicios proporcionados por el Estado (educación, sanidad, etc.). Es el dato que mejor refleja el bienestar real de los ciudadanos, más allá del PIB.

El consumo individual efectivo ha caído, lo que quiere decir que, aunque el PIB suba, tú consumes menos

Pues bien, el consumo individual efectivo cae un 1,4 %. Es decir, aunque el PIB suba, tú consumes menos. Pero tranquilo: el Gobierno insiste en que vamos «como un cohete».

Estos son los números que no aparecen en los titulares. Porque, claro, ¿cómo explicar que el consumo baja mientras el PIB sube sin que se te derrumbe el relato?

La Moncloa ha perfeccionado el arte de contar solo lo que conviene. El PIB es su comodín, su escudo contra cualquier crítica. Pero cuando uno rasca un poco descubre que detrás de ese 1,3 % (que en realidad es un 0,6 %) hay una economía que apenas se mueve: una inversión que retrocede, un consumo que se enfría y una ciudadanía que no nota ninguna mejora.

El relato económico oficial está diseñado para que no pienses demasiado. Para que veas el titular y digas: «Bueno, al menos no estamos tan mal». Pero cuando miras los datos reales, descubres que el crecimiento es mínimo, que el consumo baja, que la inversión se disfraza y que tú, como ciudadano, apenas notas nada.

En resumen, el Gobierno ha convertido la economía en un espectáculo de ilusionismo. Te muestran el PIB como truco final mientras esconden los indicadores que realmente importan. Y tú, mientras tanto, sigues ajustando tu presupuesto, recortando gastos y preguntándote por qué no notas esa «recuperación» de la que tanto hablan. Si el PIB crece, pero tú no lo notas, ¿de verdad estamos creciendo?

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