En España, la cerveza sin alcohol —y en particular la categoría 0,0— ha pasado de plantearse como una opción reducida a consolidarse como una tendencia estructural en el mercado cervecero. En el último año, las ventas de cerveza sin alcohol crecieron un 4 %, según datos de Cerveceros de España, y más del 25 % de los españoles ya consumen estas opciones en determinados momentos.
Hoy, la cerveza 0,0 representa cerca del 14 % del total de cerveza comercializada en España.
Esa penetración no es caprichosa: obedece a un nuevo perfil de consumidor que suma calidad, versatilidad y libertad de elección a su decisión de compra. Mientras tanto, las cerveceras han respondido doblando su oferta «sin alcohol» en la última década; en algunos grupos, estas referencias ya ocupan cerca del 9 % de sus ventas totales.
En el plano europeo, el crecimiento también es palpable. La producción de cervezas sin alcohol creció más de un 10 % anual en algunos mercados, impulsada por consumidores que integran estas bebidas en su día a día.
En España, el canal hostelería ha sido clave para esta expansión: una mayor variedad de cerveza 0,0, su visibilidad en cartas y su oferta regular han contribuido a normalizar su consumo.
Este fenómeno exige que posicionemos la cerveza 0,0 con rigor técnico y sentido sectorial, no como simple alternativa. En ese contexto, me gustaría compartir una innovación que aplicamos en Cervezas Gran Vía: empleamos una levadura especial que bajo condiciones específicas es capaz de producir el perfil aromático y el carácter a cerveza sin generar alcohol. Es un ejemplo de cómo la innovación se convierte en aliada cuando la categoría lo demanda.
De cara al futuro, la evolución de este segmento pasa por tres aspectos clave: continuar perfeccionando el perfil sensorial de las cervezas 0,0 para igualar —o incluso superar— el de las versiones con alcohol; trabajar desde todos los agentes del sector para educar al consumidor en la diferencia entre «sin alcohol» y «0,0», dos conceptos que a menudo se confunden; y asegurar que estas referencias se integren con naturalidad en el surtido habitual, no como una excepción, sino como parte legítima de la oferta cervecera.
Todo ello exige colaboración entre cerveceras, distribución, hostelería y comunicación, para seguir consolidando una categoría que ha dejado de ser anecdótica y se proyecta como uno de los motores de crecimiento del sector.
La cerveza 0,0 ya no es una novedad: es un espacio decisivo de crecimiento, que suma momentos de consumo nuevos sin renunciar al valor experiencial. La transformación ya está en marcha, y el sector cervecero español tiene la oportunidad de liderar con autenticidad, rigor técnico y espíritu renovador.
- Lorenzo de la Mora es director general de Cervezas Gran Vía