Vuelve 'TelePedro' y Telefónica se apunta a la operación
Mientras Marc Murtra sigue vendiendo trozos de la compañía como si no hubiera un mañana, el tándem Ocaña & Manuel de la Rocha -los hombres de Sánchez en todo lo que se mueve- han diseñado la entrega del nuevo canal a Telefónica
El presidente de Telefónica, Marc Murtra.
En Moncloa están tan encantados con Televisión Española que alguien podría pensar que se han olvidado de la Telepedro, aquel nuevo canal de televisión que el presidente de Prisa se negó a poner en marcha. Pero no. La cosa sigue adelante. Y hay novedades.
Un asesor de verdad -nada que ver con los 477 que Moncloa tiene a sueldo hoy-, se ha dedicado a buscar por todo el mundo un grupo empresarial que quisiera invertir en la nueva tele del PSOE. La tarea no ha sido fácil, sobre todo porque la rentabilidad económica no existe -Oughourlian tenía razón-, aunque la electoral y de lavado de imagen sería enorme.
Un asesor de verdad se ha dedicado a buscar por todo el mundo un grupo empresarial que quisiera invertir en la nueva tele del PSOE
El caso es que aquel proyecto televisivo que anunció públicamente Carlos Núñez –entonces presidente ejecutivo de PRISA Media–, no solo fue rechazado por el Consejo de Administración de Prisa, sino que Oughourlian aprovechó para mandar a casa al mismo Núñez; a José Miguel Contreras, director de Contenidos; remover a Fran Llorente, responsable del área de vídeo -lo nombró después director de Contenidos de la SER-, y despedir días después a Pepa Bueno, que había brindado a fin de año en la redacción de El País por el futuro proyecto. Este año podrá hacer lo propio, pero ya en TVE.
Los de la purga, sin embargo, no solo no abandonaron el proyecto, sino que se pusieron a trabajar a sabiendas de que Pedro Sánchez aprobaba en mayo la creación del nuevo canal televisivo en abierto. Esta vez el impulsor del nuevo proyecto no es otro que el vicepresidente de Telefónica, Carlos Ocaña, hombre fuerte de todo lo que está ocurriendo en los últimos meses, cese de Javier de Paz incluido. Oficialmente, no obstante, desde Telefónica señalan que no hay un proyecto para entrar en un canal de televisión en abierto.
Mientras Marc Murtra sigue vendiendo trozos de Telefónica como si no hubiera un mañana, el tándem Ocaña & Manuel de la Rocha -los hombres de Sánchez en todo lo que se mueve- han diseñado la entrega del nuevo canal a Telefónica. No hay mucho tiempo que perder, que vienen las elecciones y hay que engrasar el CIS como se pueda. La operación estaba en marcha, pero de repente han empezado a surgir líos con la empresa que ponía la pasta.
Esta vez el impulsor del nuevo proyecto no es otro que el vicepresidente de Telefónica, Carlos Ocaña, hombre fuerte de todo lo que está ocurriendo en los últimos meses, cese de Javier de Paz incluido
Los genios de Moncloa habían pensado -perdón: Pedro Sánchez había pensado- que la solución estaba, ¡cómo no!, en China. El gigante asiático tiene la tecnología y dinero necesario para poner en marcha cualquier proyecto, especialmente si cuenta con el apoyo del Gobierno español. Así lo negoció Zapatero en los ratos libres que le dejaba Carles Puigdemont. Y parecía que la cosa estaba resuelta hasta que Trump empezó a bombardear a la narcodictadura venezolana y a poner al expresidente Zapatero en la lista negra de los colaboradores del régimen bolivariano. La relación de los vuelos privados entre República Dominicana y Venezuela, y el testimonio del general Hugo El Pollo Carvajal empezaron a dibujar un panorama que ya tiene consecuencias. Las últimas sanciones de Trump contra Nicolás Maduro incluyen 15 aviones de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), entre ellos el Falcon YV2040, que al menos en dos ocasiones utilizó José Luis Rodríguez Zapatero para viajar entre Caracas y República Dominicana. El Departamento del Tesoro ha bloqueado su uso y tampoco parece que Sánchez le vaya a prestar el suyo en el futuro.
Pero estos líos de Zapatero a cuenta de sus amigos chinos y venezolanos no van a frenar nada. Solo queda rediseñar la entrada de capital chino para no tener problemas con Estados Unidos como con Huawei y tirar palante en esta etapa final de legislatura que se promete bronca en lo político y más dura aún en lo económico. Telefónica será pieza clave en esta etapa final.
Y hablando de movimientos, esta misma semana Telefónica ha casi cerrado la venta de su negocio en México a Beyond ONE, propietaria de la marca de telefonía móvil Virgin Mobile México. Beyond ONE, que tiene su sede en Dubai, no ha querido hacer comentarios, pero es un hecho que en Las Tablas tienen ya muy adelantada la venta no solo de México, sino también alguna más. Por esta venta, Telefónica podría ingresar 520 millones de euros. El único problema podría estar en la nueva comisión antimonopolio mexicana, que podría retrasar cualquier acuerdo de telecomunicaciones, pero hace tiempo que Claudia Sheinbaum intenta acercarse al Gobierno español tras el pinchazo de la no invitación al Rey de España a su toma de posesión. Esperemos que esta vez no manden a Zapatero a negociar y cobrarse la comisión de sus gestiones.
Pero decía que la venta de la filial mexicana no es un hecho aislado. Se enmarca dentro de la política de Telefónica de reducir su exposición en Hispanoamérica y, sobre todo, de hacer caja respecto a posibles compras. Sería la sexta venta de Murtra tras las ya cerradas de Perú y Argentina, Colombia, Ecuador y Uruguay; las tres últimas, aún pendientes de aprobación. A Telefónica solo le quedarían en Iberoamérica México, Chile y Venezuela, además de Brasil, aunque este último mercado es considerado estratégico y no se ha planteado en ningún momento su venta. La venta de México y Chile ya está en marcha y Venezuela, tras la salida de Javier de Paz, el chico de los recados de Zapatero, caerá como fruta madura. Nunca mejor dicho.
Si sumamos todos los ingresos por ventas: Ecuador (330 millones de euros), Uruguay (389 millones), Colombia (368 millones), Argentina(1.190 millones) y Perú (1.200 millones) sale una cantidad suficientemente importante como para hacer frente a la compra prevista en Alemania. Es también un hecho que Murtra quería ahorrarse el dividendo, pero Fainé no le ha dejado. Al final, el núcleo duro de la casa: Gobierno, CriteriaCaixa y la saudí STC, han impuesto su mayoría, y, aunque muy mermado -se ha reducido un 28 %-, el dividendo será de 0,216 euros por acción. Ya solo hubiera faltado que Telefónica dejase de repartir. Tragedia nacional.
Murtra, que llegó en enero a Telefónica, podrá tragar con la TelePedro, pero sabe que sus competidores, especialmente Orange, están jugando muy fuerte en las redes, tanto fijas como móviles, y que, si pretende ser competitivo, va a tener que seguir vendiendo y recortando por donde pueda. Y lo siguiente, después de la venta de sus filiales americanas, será reducir la plantilla. Un asunto que lleva tiempo planteado y que ya no puede esperar mucho más.