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19 de abril de 2024

Algunos estudios tienen pocas opciones de garantizar un futuro laboral próspero

Algunos estudios tienen pocas opciones de garantizar un futuro laboral prósperoGTRES

Los padres españoles, los que más se implican en los estudios de sus hijos

Para que el estudio sea efectivo cada estudiante debe escoger el método que se adapte mejor a sus necesidades

Preparar un examen va mucho más allá de estudiar contenidos y relacionar conceptos. La participación de las familias es, por ejemplo, uno de los componentes esenciales y en este sentido, los padres españoles son de los que más se implican en los estudios de sus hijos, según revela el Indicador de Participación de los Padres en la Enseñanza Obligatoria (IPPE) realizado por un consorcio de universidades y organizaciones en el marco de un proyecto de investigación financiado por la Comisión Europea.
Son muchos los estudiantes de entre 14 y 18 años que requieren ahora de este apoyo familiar, ya que se encuentran en época de exámenes. Según James Petrie, director de Bachillerato y Secundaria de The British School of Barcelona (BSB), preparar un examen no es precisamente la idea que un joven tiene de divertirse, por lo que es importante que se les ayude a enfocarlo de una manera meditada y positiva.
En ese sentido, es esencial que el estudiante abrace este reto como una oportunidad para crecer y por ello, es fundamental que se trabaje conjuntamente y se entienda que «no existe una fórmula común» que sirva para todos por igual.
Para ello, según Petrie, hay una serie de variables que inciden de forma interrelacionada: el apoyo familiar, el entorno de estudio, la organización y la gestión del tiempo, las estrategias de aprendizaje, y la gestión del estrés.
Tomar el control y diseñar un plan de trabajo eficaz y eficiente, y sobre todo personalizado, es la clave para afrontar el desafío con motivación y confianza. También lo es preparar los exámenes finales, ya que es como preparar una maratón. Para ello, hay que asegurarse de llegar a meta con la misma fuerza y energía que cuando se empieza y con un programa de estudio correcto e individualizado.
Para ello, el director ofrece cinco consejos que ayudan a los jóvenes a convertir esta experiencia en una oportunidad, porque «todo aprendizaje que supone un esfuerzo es un buen aprendizaje». El primer método es involucrar a las familias en el proceso. Hacer exámenes «se trata de un esfuerzo en equipo», por este motivo, es necesario que los padres y los hijos se reúnan para abordar los objetivos y saber cómo alcanzarlos.
Por otro lado, es favorable crear un entorno de estudio adecuado. Los estímulos del entorno pueden incidir positiva o negativamente en el bienestar y la concentración del alumno. Petrie recomienda eliminar todo tipo de distracciones, incluso si ello supone tener que alterar el entorno de trabajo. Hay que evitar teléfonos móviles, aparatos de música, ordenadores… y tener a mano únicamente el material necesario para el estudio.
Es muy importante organizarse, puesto que tiene una aplicación directa en la época de exámenes. Para empezar, el director recomienda fijar un calendario de estudio realista que combine horarios de estudio y de repaso, y que incluya momentos dedicados al ocio o el descanso. Y sobre todo, enfatiza, «emplear el tiempo de forma inteligente». En este punto es crucial no caer en el error de pensar que mientras más horas se dediquen al estudio, más efectivo será.
Además, hay que poner en práctica estrategias de estudio que funcionen. Para que sea efectivo, cada estudiante debe escoger el método que se adapte mejor a sus necesidades. Un método podría ser intercalar los temas a la hora de estudiar, interrelacionar ideas, hacer diagramas…
Por último, el estudiante debe ser resiliente. Aunque los expertos coinciden en que el estrés no siempre debe entenderse como algo negativo, también es cierto que cuando el estrés traspasa los niveles óptimos puede conllevar sentimientos de bloqueo emocional, inseguridad, preocupación excesiva o ansiedad y esto es especialmente sensible en la época de exámenes.
Por ello, es necesario dedicar tiempo a poner en práctica la resiliencia para proteger la estabilidad emocional de los jóvenes. Petrie explica que en el colegio es esencial enseñar los mecanismos para actuar ante un contexto estresante o en el que se pueden sentir ansiosos. «Los animamos a practicar la meditación, el mindfulness o el yoga» concluye.

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